Es el octavo disco. Tiene ocho canciones. Se lanzó el pasado día 8. Y la primera parte de la gira de presentación consta de ocho conciertos. Tanta confluencia numérica sirve para presentar Ke no cunda el pánico, el nuevo trabajo de los gasteiztarras Segismundo Toxicómano, atrapados, por lo que parece, por la magia de las cifras. Para rematar se podría recuperar que su primer lanzamiento fue en 1998, pero eso tal vez es forzar demasiado la máquina.
Curiosidades a un lado, la banda vuelve a una escena de la que, en realidad, no se ha ido. Sobre los escenarios es donde el combo se siente feliz y para estar en directo no para casi nunca. En uno de esos paréntesis minúsculos (en julio de este año), Gabi, Javi, Arnaiz y Placi se metieron entre cuatro paredes para dar forma a un disco con características de EP, es decir, pocos temas y con una duración reducida. De todas formas, los 30 minutos que han resultado al final dan para mucho, como ya están comprobando sus seguidores.
Siguiendo la línea de su anterior entrega, Segismundo se ha autoproducido Ke no cunda el pánico con el objetivo claro y simple de escapar de las ataduras de un mercado en el que el grupo no cree y al que no quiere beneficiar de ninguna manera. De hecho, sus componentes han llegado a retirar el vídeo del primer sencillo (Un día de furia) de Myspace puesto que estaba entre los más visionados y corría el peligro de hacerse con un premio que otorga esta plataforma y que consiste, en resumidas cuentas, en la colocación de publicidad antes de la canción. Cosas que pasan.
Y continuando la misma senda de Una bala, hay dos maneras de hacerse con el último título de su trayectoria: una, a través de Internet; otra, asistiendo a sus conciertos, puesto que se venden junto a las entradas a los directos.
Los que opten por una opción o por la otra se toparán con temas como La hora del chacal, Celdas y La ciudad del fango, entre otras. En resumidas cuentas, punk en toda regla, siguiendo los pasos que los propios Segismundo Toxicómano han marcado desde su aparición en 1997. Y es que si algo se puede destacar de la banda es su lealtad a un sonido crudo en el que las letras siempre van, como se suele decir, duro y a la cabeza.
Tomando como referencia el compromiso social y la crítica, la banda construye un trabajo grabado en Sonido XXI por Javi San Martín, un álbum que se redondea con la inclusión en el mismo de Sigue en el desierto, tema cuya letra realizó Placi para el disco de tributo a Cobra que se editó en Japón hace justo un año.
De todas formas, a nadie que conozca un poco a los vitorianos hay que descubrirle que, más allá del hecho de contar con material nuevo, donde de verdad el combo adopta su ser es sobre un escenario. Ahí sí que las canciones y sus autores llegan a su punto más alto. Así que la gira ininterrumpida en la que siempre está la banda está continuando justo ahora, con conciertos por los cuatro costados del Estado. ¿Y en Gasteiz? Pues como muchas otras veces, en plena época navideña. Si nada se tuerce, está previsto que la sala Jimmy Jazz les abra sus puertas el próximo 23 de diciembre, aunque tiempo hay para confirmar este extremo.
Sea antes o después, en un lugar u otro, los alaveses esperan a su público, otra de esas inmensas minorías que no necesitan ídolos prefabricados, sino verdades como puños.
"Si alguien se encuentra con Bukowski antes ke nosotros, decidle ke la próxima ronda la pagan los Segis". Palabra de Segismundo Toxicómano en Ke no cunda el pánico. Ellos, de momento, lo siguen buscando por los escenarios.