MADRID. Un código bidi es una matriz cuadrada de píxeles blancos y negros con tres cuadraditos que almacena información en forma de bits. Para acceder a esos datos, el usuario tiene que escanear esa imagen con una aplicación que previamente ha tenido que descargar en su teléfono móvil inteligente.
Su presencia en publicidad es habitual, aunque hay propuestas más curiosas con códigos bidi como incluirlos en lápidas para aglutinar información audiovisual sobre un difunto, añadirlos al final del capítulo de una novela para aportar contenidos adicionales o darles forma de collar para que un usuario lleve siempre encima sus datos vitales.
Fuentes de la Dirección de Nuevos Negocios de Telefónica España se apoyan en datos de la asociación de publicidad IAB para sostener que la adopción de los bidi está siendo "muy positiva" y su implantación comienza a ser "masiva".
Según IAB, el tráfico generado por la captura de estos códigos ha crecido un 550 % en el último año, el 40 por ciento de la población española los conoce y un 20 por ciento los ha utilizado en alguna ocasión.
Sin embargo, los expertos en nuevas tecnologías Mario Tascón y Enrique Dans tienen una opinión radicalmente opuesta a la de la patronal de publicidad interactiva.
"El nivel de uso, la cantidad de gente que ves escaneando un código bidi para interpretarlo es bajísima. El éxito de una tecnología no se mide sólo por su teórico despliegue sino, sobre todo, por su nivel de adopción real y en este caso es casi nula. (...) No conozco prácticamente a nadie que los escanee", ha sostenido Dans.
Por su parte, Tascón ha apuntado que los bidi van a tener una adopción muy residual asociada a usos puntuales, sobre todo de publicidad.
¿Y a qué responde la fiebre por poner códigos bidi en todas partes?
El profesor de IE Business School ha afirmado que hacer e imprimir un código bidi es muy sencillo y además "da imagen de modernidad".
Tascón se ha referido a este fenómeno como un "iicono", es decir, un recurso que indica que quien lo usa es innovador y moderno.
La necesidad de descargar una aplicación y hacer una foto para interpretar el código y la escasez de información relevante que contiene -normalmente son una manera de abreviar direcciones web- son las principales razones de la falta de éxito de esta tecnología.
Dans ha aseverado que el bidi persigue evitar que el usuario teclee una dirección web, pero considera que es más sencillo encontrar en el buscador del móvil la información deseada que tener que abrir una aplicación y escanear un código.
Sin embargo, la Dirección de Nuevos Negocios de Telefónica España destaca que esta tecnología, que permite enlazar el mundo digital con el físico, evolucionará hacia una interacción personalizada capaz de involucrar, educar e incluso "convertir" a los usuarios.
Tascón no quiere hablar de "fracaso total" del código bidi, aunque ha reconocido que no termina de verlo despegar y ha matizado que ha visto varias oleadas de versiones de códigos que se han anunciado como una revolución y no han llegado a cuajar.
Dans ha pronosticado que a medio plazo los códigos bidi serán sustituidos por otro tipo de tecnología.