Uno de los momentos más temidos por muchos estudiantes, más allá del día del examen, es el momento en el que les revelan la nota que han obtenido en un examen parcial o en una asignatura. Una nota que en ocasiones puede ser decisiva para pasar de curso, para acceder a los estudios deseados o, simplemente, para quitarse de encima una asignatura que se ha atragantado mucho.

Y a veces el estudiante no tiene nada claro si con lo que hizo es suficiente para llegar al aprobado o no, con lo que la espera se convierte en una angustia. Hasta que llega el momento de desvelar la nota, que a veces se descubre en mano, cuando te entregan el examen corregido, o colgada en internet. Pero hay más opciones, como ha mostrado un docente con un sistema muy original pero que no ha convencido a todo el mundo por convertir ese momento en un espectáculo sin ninguna privacidad y por el mal momento que hace pasar en público a algunos de sus alumnos.

Canción alegre o triste

Se llama Matthew Cpittman y es profesor en la Universidad de Knoxville, en Tennessee (Estados Unidos), donde ha aplicado su particular método para anunciar las calificaciones a sus alumnos dentro del aula. ¿Y cuál es esa fórmula? Ni darles el examen corregido, ni anunciar las notas de viva voz ni colgarlas en internet: desvelarlas al ritmo de la música. Según el tipo de canción que suene cada alumno sabrá si ha aprobado o no el examen o la asignatura. Eso sí, delante de toda la clase.

Y lo que hace es ir preguntando a cada estudiante su nombre y apellido para comprobar cuál es su nota (sin decírsela) y a continuación poner una canción desde su ordenador portátil. Si el tema es alegre, el alumno o alumna ha aprobado y puede abandonar el aula. Si la canción es triste, se puede dar por suspendido e igualmente salir de la clase.

Dos alegrías y una pena doble

En el vídeo que ha grabado algún estudiante y que se ha hecho viral en las redes sociales se ve cómo comunica el aprobado a una alumna con el mítico I feel good, de James Brown, entre los aplausos del resto de compañeros. La siguiente en conocer su destino también se lleva un alegrón al escuchar el clásico Happy, de Pharrell Williams.

Pero la última joven que aparece en la grabación no corre la misma suerte. Paige Jones se encuentra con la melodía triste de Mad world, de Gary Jules, asumiendo que ha suspendido. Mientras está abandonando el aula por las escaleras con la cabeza baja, el profesor rectifica. “Oh, espera. ¿Paige Jones? Perdón, he puesto la canción equivocada”, dice el docente, haciendo ver que la nota puede ser otra. Pero a la pobre Paige Jones la esperanza le dura apenas unos segundos, los que tarda el profesor en hacer sonar los melancólicos acordes de What was I made for?, de Billie Eilish. Una doble decepción que le lleva a salir del aula tapándose la cara con su mochila.