Así son los geoglifos de las líneas de Nazca descubiertos con la ayuda de la IA

Lo que sucede con la inteligencia artificial parece de ciencia ficción. En este caso, la IA no solo ha sorprendido, sino que ha logrado lo que en décadas de exploración humana no se consiguió. Las líneas de Nazca son desde hace más de un siglo uno de los misterios más grandes para los arqueólogos de todo el mundo. Y es que el gran enigma siempre ha sido para los especialistas, entender aquellos trazos que representan criaturas vivas, seres fantásticos, figuras estilizadas, figuras geométricas de varios kilómetros de longitud, que solo son visibles desde el cielo, en la zona desértica costera del Perú.

En este caso, un equipo de investigadores del Instituto de Nazca de la Universidad de Yamagata, en Japón, desarrolló un sistema especial específicamente para la identificación de geoglifos. Corría el año de 1994, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación inscribió las líneas como Patrimonio Cultural de la Humanidad. En la actualidad siguen siendo objeto de estudio para resolver el misterio arqueológico de dos mil años. Al respecto, es importante destacar la importancia de la IA para acelerar el descubrimiento de 303 nuevos geoglifos con un trabajo de campo de seis meses.

La historia de las líneas de Nazca

Las líneas de Nazca fueron descubiertas en 1927, pero su origen y su propósito sigue siendo tema de investigación y especulación. Estas figuras, algunas de las cuales alcanzan tamaños tan grandes como campos de fútbol, solo pueden apreciarse desde el aire, lo que plantea una pregunta intrigante: cómo pudieron los antiguos Nazca crear estas figuras gigantes sin contar la capacidad de observarlas desde una perspectiva aérea.

Desde su descubrimiento, los geoglifos han sido interpretados de diferentes maneras. Algunos estudios sugieren que podrían haber tenido un propósito religioso o ceremonial. Otros afirman la idea de que las líneas de Nazca funcionaban como un calendario astrológico e incluso como señales visuales para guiar a los viajeros a través del desierto. A todo esto, el objetivo de su significado ha permanecido místico, en parte debido a la dificultad de identificar nuevas figuras en toda la extensión del desierto.

La IA descubre nuevas figuras

En los últimos años, la tecnología ha comenzado a jugar un papel importante en el estudio de antiguas reliquias. En este caso, el uso de la IA es un ejemplo de cómo está cambiando la forma de trabajo de la arqueología para desentrañar misterios de las líneas de Nazca. Investigadores de la Universidad de Yamagata desarrollaron un sistema IA para detectar patrones de imágenes en grandes volúmenes. Este sistema logró identificar figuras que anteriormente habían pasado desapercibidas: 303 nuevos geoglifos en un periodo de seis meses, un avance significativo en comparación al método tradicional que usaban los arqueólogos e investigadores.

Los geoglifos descubiertos presentan una variedad de representaciones humanas y animales, como llamas, alpacas, orcas y figuras humanas con apariencia a extraterrestre. Algunos de estos geoglifos son más pequeños que las figuras tradicionales, lo que indica una evolución en las técnicas artísticas de la cultura Nazca. En total, los investigadores confirmaron un hallazgo de 303 nuevas figuras, lo que casi duplicó la cantidad de geoglifos conocidos en la región, elevando el número total a 733.

Hipótesis

Los geoglifos se encuentran a pocos metros de las rutas que los nazcas habrían utilizado para desplazarse. Una hipótesis sugiere que las figuras habían sido diseñadas para ser vistas mientras se desplazaban por largos senderos. Además, se especula que no solo servían para fines rituales o astronómicos, sino también como señales visuales que marcaban destinos específicos como parte de la vida diaria de la comunidad Nazca. Un tema relevante es la conservación de los geoglifos, ya que las lluvias torrenciales y otros efectos climáticos pueden borrar o dañar las líneas de Nazca que han permanecido casi intactas durante siglos. Por esta razón, investigadores y arqueólogos están utilizando la tecnología para modelar y conservar a los geoglifos que se encuentran en mayor riesgo de deterioro.