Las redes sociales tienen diversos fines como el entretenimiento, la transmisión de información, el aprendizaje o la divulgación sobre diferentes temas. Un gran problema de las redes sociales son los cánones de belleza que imponen, mediante una “falsa perfección” se da a entender que las personas tienen que ser de una manera o de otra, esto llega a crear muchos TCA sobre todo en las personas más jóvenes, que se llegan a obsesionar con su cuerpo y sus medidas. Actualmente, es muy criticado el uso de filtros y la edición de fotos para eliminar “defectos” como borrar manchas de la cara, reducir partes del cuerpo o incluso aumentarlas.

Cuando un usuario de una red social observa cómo alguna de las personas a las que sigue come un determinado alimento, es frecuente que la persona añada el alimento a su dieta o que incluso cambie sus hábitos de vida y consumo. Cada día, vemos más vídeos en redes sociales realizando gran diversidad de recetas, la gran mayoría son sencillas aunque también las hay elaboradas, lo que más suele gustar a los usuarios de este contenido es que en muy pocos segundos o minutos se llega aprender cómo realizar la receta en cuestión.

Una buena estrategia es la que desarrolló el nutricionista Carlos Ríos, basada en “comer comida real”, sana y en evitar los ultraprocesados. Debido a sus estudios en Nutrición Humana y Dietética y haber vivido con su abuela durante unos cuantos años, que le enseñó “la comida de toda la vida”. El nutricionista afirma en varias entrevistas haber aprendido mucho más de su abuela que de la propia carrera.

El influencer comenzó dando consejos nuticionales en redes sociales como Instagram y ya cuenta con algo más de 1,7 millones de fieles seguidores denonimados realfooders, en su cuenta principal @realfood. Su contenido principal se basa en compartir recetas saludables y de comida real, versionando diferentes recetas que a priori son insanas.

Por otro lado, establece una serie de objetivos para lograr alcanzar unos hábitos de vida saludable a sus seguidores en los cuales cada vez deben ir eliminando productos ultraprocesados, hasta intentar llegar a consumir un 90% de comida real y buenos procesados y como máximo un 10% de comida ultraprocesada en ocasiones especiales.

Conforme el movimiento ha ido creciendo, se han creado diferentes perfiles para adaptarse a las diferentes personas como niños o aquellos que llevan una dieta vegana, @realfoodingkids y @realfooding.vegan. Además, se ha creado una aplicación llamada Myrealfood, en la cual los usuarios pueden escanear productos del supermercado y averiguar si son comida real, buenos procesados o ultraprocesados, además de mostrar la tabla nutricional y el porcentaje de ingredientes que tiene cada producto. En la app también es posible compartir recetas y ver las de otros usuarios.

El nutricionista andaluz ha escrito tres libros, Pierde grasa con comida real, Come comida real y Cocina comida real en los que ofrece diferentes recetas de comida real y consejos para llevar un estilo de vida saludable.

En definitiva, las redes sociales al igual que pueden resultar peligrosas para extender los cánones de belleza con lo que las/los adolescentes pueden obsesionarse, también son una gran herramienta para poder aprender a llevar un estilo de vida saludable y aprender a tener una buena relación con la comida.

Este movimiento distingue tres tipos de alimentos:

- La comida real. Los alimentos que se consumen que son naturales y no pasan por un proceso industrial.

- Buenos procesados. Los alimentos que han pasado por un proceso industrial pero con producto naturales.

- Ultraprocesados. Aquellos alimentos que han sido industrialmente procesados con productos artificiales, carecen de frescura y son productos que producen una malnutrición.