Este admirable Baskonia tan solo tenía una asignatura pendiente desde el inicio de la temporada que logró saldar este miércoles con creces en la guarida del doble campeón de la Euroliga.

El equipo vitoriano, cuya única alegría como visitante fuera de sus fronteras databa del pasado 6 de octubre en su visita a la Fuente de San Luis de Valencia, recuperó la pegada lejos del Buesa Arena con una de esas victorias que perdurarán durante mucho tiempo en la memoria de los aficionados azulgranas. Básicamente por el cómo.

Lo hizo, además, contra todo pronóstico y sobreponiéndose a varias fatalidades que afectaron al timón azulgrana. La baja final de Pierria Henry, que no llegó a tiempo de jugar ante el Efes tras haber viajado a Estados Unidos, y los problemas de faltas vividos por Thompson, que llevaba cuatro en su casillero en el minuto 23, no representaron obstáculo alguno para que el Baskonia rescatara una victoria con tintes épicos.

Ya no quedan dudas acerca de lo que este equipo es capaz de hacer. Compite como los ángeles en cualquier escenario y ante cualquier rival. El subidón en la primera parada de la apasionante semana turca tuvo todos los ingredientes: raza, carácter, mentalidad ganadora, acierto en los instantes críticos y, sobre todo, una asombrosa dureza mental para remontar los 15 puntos que el Efes acumulaba mediado el segundo cuarto (39-24) tras las dentelladas triplistas de un actor inesperado como Mbaye.

El descomunal talento en manos de Ataman se estrelló ante el muro de hormigón azulgrana. Un equipo de 40 millones de presupuesto, atado de pies y manos por la titánica rebelión de unos guerreros con sangre en los ojos y capaces de enhebrar un baloncesto de alta escuela.

La última embestida 'cervecera' capitaneada por Clyburn tuvo su oportuna réplica en un maratoniano alavés sobrado de recursos para mantener la cabeza fría en un escenario hostil. El Baskonia creció hasta límites insospechados durante un partido donde exhibió una personalidad arrolladora.

No solo vivió del triple, como es habitual desde el arranque del curso, sino básicamente de una increíble amalgama de recursos. Resulta imposible sacar más jugo a su plantilla de lo que hace Peñarroya, el técnico de moda que ha dado un giro radical a la forma de trabajar en el Buesa Arena.

Howard se convirtió en el solitario sostén anotador en la primera mitad con 16 puntos, pero el técnico catalán agradeció tras el intermedio el colmillo afilado de Marinkovic, el oportunismo anotador de Giedraitis –el lituano fue vital con un palmeo y, sobre todo, ese triple angulado a una pierna que estableció el 76-81–, la inteligencia de Kotsar, el impagable sacrificio atrás del soldado Tadas o la solvencia de los postes para cerrar el rebote.

En definitiva, un grupo que sobresale por la química especial entre todos sus componentes. Por si existía alguna duda, el Baskonia se autoconvenció de que esta campaña sueña con todo. Ahora, a por el Fenerbahce.