El gigante Ioannis Bourousis, que se ganó el cariño de la afición baskonista en su paso por Vitoria en la temporada 2015-16, puso el pasado fin de semana punto y final a su carrera deportiva por todo lo alto, ayudando al equipo de su ciudad natal, el Karditsa, a ascender por primera vez en su historia a la máxima categoría del baloncesto griego.
Con ello, Bourousis cumple con el objetivo que le hizo posponer su retirada el pasado verano. Después de jugar en la campaña 2020-21 en el Peristeri griego en Primera División, el exazulgrana decidió colgar las zapatillas con 37 años y tras una carrera deportiva envidiable en la que, además del Baskonia, donde fue el artífice de la última Final Four del club gasteiztarra, militó en otros grandes de Europa como el Real Madrid, el Armani, el Olympiacos o el Panathinaikos.
Sin embargo, cuando le surgió la oportunidad de jugar una temporada más en el Karditsa, no se lo pensó dos veces y se lanzó a por una última aventura que lo ha convertido en profeta en su tierra. De hecho, su actuación fue clave en el triunfo por 100-66 de su equipo ayer contra el Amyntas, con 17 puntos y 7 rebotes que convirtieron a su equipo en el campeón de Segunda División y, en consecuencia, equipo de la A1 Ethniki a todos los efectos.
Bourousis, el gran protagonista de la celebración del ascenso, se mostró emocionado y muy satisfecho con la decisión tomada ocho meses atrás: “Me ha supuesto un gran esfuerzo el competir en Segunda División, pero no cambiaría lo que siento en este momento por nada en el mundo. Estoy muy orgulloso de que mi ciudad vaya a jugar por primera vez en la máxima categoría, estaré apoyando al equipo”. Difícilmente se podía imaginar un broche de oro mejor para el legendario Bourousis. “Me di un margen de ocho meses más para ayudar a mi ciudad. Deseaba hacerlo, lo hice y estoy contento por mi decisión”, sentenció.
El gigante griego seguirá disfrutando a sus 38 años del baloncesto, aunque ahora de una manera distinta, apoyando al Karditsa desde la grada o el sofá de su casa. Eso sí, conociendo la pasión que el pívot de 2,15 metros profesa por este deporte, no sería descabellado volverlo a ver pronto por las canchas.
“Ha sido un gran esfuerzo competir en Segunda, pero no cambio esto por nada”
Jugador del AS Karditsa