Siempre que no haya un milagro de dimensiones bíblicas, la Euroliga 2021-22 vivirá esta noche (20.30 horas) en el Buesa Arena su último capítulo. Matemáticamente aún es posible el Top 8, pero siendo realistas las opciones de seguir vivos al término de esta jornada son más bien escasas porque el Baskonia ya no depende de sí mismo y está en manos terceros.

Aun haciendo los alaveses sus deberes ante el Zalgiris, algo que se da por descontado viendo su buen momento de forma, el adiós definitivo a la octava posición se hará realidad si el Bayern se impone en el Audi Dome de Múnich al Estrella Roja. En ese caso los hombres de Andrea Trinchieri sumarían 13 victorias y ya serían inalcanzables para un Baskonia que, a lo sumo, llegará a 12. Entonces tocará centrarse definitivamente en el imperioso objetivo de subir puestos dentro de la Liga ACB antes de la llegada de las series finales por el título.

Queda claro que el tren del Top 8para un Baskonia que dilapidó sus últimas esperanzas con la derrota ante el Principado de Monaco. La expulsión definitiva de los tres clubes rusos (CSKA, Zenit y Unics Kazan) tras la invasión militar a Ucrania, algo que sirvió para mejorar de forma ostensible el balance clasificatorio al descontarse cuatro derrotas, abrió una pequeña rendija que el cuadro vitoriano no ha sabido aprovechar.

El margen de error era mínimo y James, Hall, Bacon y compañía se encargaron de dar la puntilla al Baskonia. La ostensible mejoría de las últimas semanas, con victorias de prestigio ante el Anadolu Efes o Fenerbahce, únicamente ha servido para alargar la agonía. Y es que han sido muchos los pecados a lo largo de esta temporada y, pese a que la Euroliga es una carrera de fondo donde conviene ir de menos a más, la reacción vitoriana ha llegado con cierto retraso.

Lo cierto es que el Baskonia no ha estado casi nunca al alto nivel que exige una competición plagada de miuras donde, sin embargo, el baloncesto ofensivo y la espectacularidad se han resentido de forma notable. Salvo que los astros se alineen en lo que resta de fase regular, el billete entre los ocho mejores quedará para una nueva ocasión.

un día para los secundarios

El cartel del partido de esta noche no es precisamente glamuroso ya que el Buesa Arena aguarda al colista de la Euroliga. El Zalgiris, descolgado a las primeras de cambio pese a su meteórica decisión de prescindir de Martin Schiller y nombrar como relevo en su lugar a Jure Zdovc, se perfila como un hueso fácil de roer para un Baskonia que debería convertir la velada en un banco de pruebas de cara al futuro.

Spahija quiso concederle ayer la máxima trascendencia al duelo y no reservará a nadie, pero hoy debería ser un día propicio para que los menos habituales dispongan de una buena ración de minutos. Marinkovic, Sedekerskis, Kurucs y Raieste tienen que ampliar el abanico de recursos en manos de Spahija en un encuentro donde no hay prácticamente nada en juego.

Al igual que el Baskonia, el Zalgiris tiene la cabeza puesta en otros menesteres y prueba de ello es que días atrás se conoció que su entrenador de cara a la próxima temporada será Kazys Maksvytis, actual seleccionador lituano y hasta ahora principal responsable del Parma ruso. En el rival azulgrana causará baja uno de sus mejores jugadores como el alero Edgaras Ulanovas, lesionado en una rodilla en el último partido de la liga lituana.

Los veteranos Lekavicius -principal verdugo del Baskonia en aquella dolorosa derrota en Kaunas por 72-68-, Milaknis y Jankunas siguen conformando la espina dorsal del cuadro lituano, cuyos mejores exponentes en varios tramos de esta campaña han sido Lauvergne y Nebo, un perfil de pívot extremadamente físico que se ha echado bastante de menos en Vitoria tras la fallida apuesta por Nnoko.

Si el equipo vitoriano cae ante los lituanos o el Bayern se impone en su feudo al Estrella Roja, el adiós al ‘Top 8’ ya será matemático

La segunda unidad podría disponer de una inmejorable oportunidad para jugar minutos y reivindicarse ante el colista de la competición