- Los relevos generacionales no son fáciles en ningún lugar. Despedir con honores a los iconos que han hecho grande a un club siempre supone una tarea delicada y engorrosa. El Olympiacos, a años luz de aquel embaucador equipo repleto de gladiadores que al comienzo de la pasada década cautivó a los amantes imparciales de este deporte por su increíble espíritu de supervivencia, se encuentra en ese proceso.

El pasado verano se despidió con dolor del genio Spanoulis y quizá más pronto que tarde también deba hacerlo de buena parte del núcleo duro que tantos éxitos posibilitó en su día, encabezado por varios veteranos del Vietnam como Printezis -a quien los problemas físicos ya no conceden ningún respiro a estas alturas de su carrera-, Papanikolau y Sloukas. Quizá el base sí pueda alargar un poco más su intachable carrera debido a su estabilidad al frente del timón y la sapiencia a la hora de leer el juego.

En el próximo rival del Baskonia quien ha asumido los galones en los últimos tiempos no es otro que Sasha Vezenkov, un viejo conocido del baloncesto español que definitivamente ha explotado como uno de los jugadores más valiosos de la Euroliga. Pocos podían intuir su crecimiento después de que pasara con más pena que gloria por el Barcelona. En la Ciudad Condal aterrizó en el verano de 2015 como una de las mayores promesas europeas, pero nunca llegó a cuajar con esa ternura propia de un jugador por entonces sin hacer y al que nadie concedió un rol importante.

Vezenkov regresa en 2018 a Grecia, el país de donde salió con 19 años siendo MVP con el Aris Salónica. Le tentó el Olympiacos, donde ha madurado de forma espectacular. De hecho, es el jugador más valorado a las órdenes de Giorgios Bartzokas y el noveno de toda la Euroliga con medias de 12,5 puntos y 5,7 rebotes. Por si alguien alberga dudas acerca de su potencial, el verano pasado renovó su contrato hasta 2024 con un notable incremento de sus honorarios, próximos ahora al millón de euros anuales.

Las correspondientes cláusulas de salida hacia la NBA no podían faltar en un vínculo revisado al alza tras sus notables prestaciones de la pasada campaña. A pesar de haber conseguido las nacionalidades chipriota y griega, Vezenkov siempre quiso ser leal al país de sus padres (Bulgaria) para su bautismo como internacional con una selección europea.

La principal amenaza baskonista, un zurdo cerrado de 26 años, lleva el baloncesto en el ADN; su padre fue capitán de la selección búlgara de basket, mientras su hermana llevó el brazalete en la de Chipre. Hizo sus primeros pinitos en el Hapoel de Nicosia antes de recalar en Salónica en 2009. El talento ofensivo de Vezenkov se ha convertido hoy en día en el mejor argumento del Olympiacos, que se nutre de su buena muñeca desde la larga distancia, sus cortes por la línea de fondo y su habilidad para penetrar y acabar por el lado izquierdo. En la ida ya le endosó al Baskonia 16 puntos en menos de 23 minutos.

16,6

El búlgaro de origen chipriota promedia 12,5 puntos y 5,7 rebotes en esta edición continental.

El pasado verano renovó al alza su contrato hasta el 2024 y esta temporada ha explotado siendo el noveno más valorado de la Euroliga