El Baskonia ha decidido inmolarse en esta Euroliga. Definitivamente se han acabado ya todos los argumentos para creer que el conjunto vitoriano pueda soñar este curso con la vitola de cuartofinalista continental. Ni siquiera en una jornada propicia donde se le puso todo de cara para salir de su profundo bache baloncestístico y anímico pudo rescatar un triunfo liberador a todos los niveles.

Una tétrica segunda mitad en el Astroballe frustró las esperanzas del TD Systems de reengancharse a la pelea por el 'Top 8', un objetivo convertido ya en una quimera. No solo lo hacen inviable las tres victorias de desventaja respecto a la zona de privilegio, sino la triste cara de un equipo que mana sangre con abundancia y parece abandonado a su suerte. Entre la debilidad mental, el desfondamiento tras el periodo para la reflexión y la mortífera aparición de Lighty, bien secundado por Cole en el perímetro local, la velada en tierras galas vivió un sorprendente epílogo que ni el más pesimista de los seguidores podía intuir.

Se las prometía muy felices un maratoniano azulgrana que llegó a ganar por 14 puntos (20-34) y había caricaturizado por momentos al Asvel. Sin embargo, la caída en picado del TD Systems fue inversamente proporcional al crecimiento francés. De repente se le fundieron los plomos a un visitante que se olvidó de circular el balón y no pudo despojarse los pesados grilletes galos. Cada jugador buscó la guerra por su cuenta y en la acera de enfrente emergió un afilado cuchillo para sepultar las últimas esperanzas de colarse entre el grupo de elegidos en esta edición continental.

Lighty cogió su fusil y se bastó casi por sí solo para originar un desaguisado. Cada canasta del talentoso escolta de Ohio fue un puñal directo a la cada vez más resquebrajada moral alavesa. En cualquier caso, el Baskonia se hundió por sí solo víctima de sus propios errores. Henry fue un aliado del anfitrión con una dirección alocada, Vildoza acabó maltrecho a nivel físico debido a sus gestos de dolor en la espalda, la munición de los tiradores brilló por su ausencia y Fall, determinante en los veinte minutos iniciales, también se vio engullido por el músculo del Asvel.

El rigor de la primera mitad se extravió en algún lugar desconocido. El conjunto galo dio una vuelta de tuerca a su intensidad y la suficiencia con la que el TD Systems se había manejado hasta la fecha se esfumó. El bagaje ofensivo de los alaveses olió a chamusquina en los primeros minutos de la reanudación: apenas un solitario triple de Peters en casi seis minutos de juego. Ivanovic tuvo que frenar la sangría cuando Kahudi estableció la igualdad en el marcador desde el 6,75 (51-51), pero el descenso a los infiernos del Baskonia ya carecía por entonces de antídoto.

Ivanovic sorprendió al personal incluyendo a Raieste en el cinco titular y dando las llaves del juego interior a Fall, pero a la larga volvió a hacer un flaco favor a los suyos tras mover con cuentagotas el banquillo. Sedekerskis tan solo hizo acto de presencia cuando el destrozo estaba consumado, mientras que Kurucs y Diop tampoco refrescaron al equipo en ningún momento.

Fall sí respondió a la confianza del técnico montenegrino con una incidencia mayúscula en ambos aros. La consigna fue nutrirle de balones constantemente en el arranque y su producción no se hizo esperar con varias canastas de espaldas al aro frente a su torre gemela Fall, por no hablar de la infinidad de tiros cambiados atrás.

El Baskonia delimitó territorio y ofreció su mejor cara en la primera mitad antes de un desvanecimiento impensable. De nada sirvió a la larga en dicho intervalo la seriedad en labores de contención o la clarividencia en el ataque posicional merced a una buena circulación de balón. Para más inri, el flojo balance defensivo del Asvel también abrió la puerta a una cascada de contragolpes.

Sin embargo, ni por esas pudo el TD Systems mantener el ritmo y abrazar una victoria capital a la hora de insuflar algo de oxígeno a unas piernas fatigadas y una cabeza dispersa. Las matemáticas todavía no dicen lo contrario, pero el porvenir azulgrana en esta Euroliga parece ya escrito de antemano. Salvo milagro, las últimas jornadas corren ya el serio riesgo de ser intrascendentes.

El día y la noche El rigor, la intensidad y la frescura tan solo duraron veinte minutos en el Astroballe. El Baskonia desapareció del mapa tras el intermedio y encadenó unos grotescos errores que le condujeron hacia un callejón sin salida. La cuarta derrota consecutiva en la Euroliga retrata el bajón físico y también la debilidad mental de un equipo que no compite como antes.

Un cuchillo llamado Lighty El exterior estadounidense se alió con Cole para ocasionar un desaguisado de imposible arreglo. Ambos estuvieron bendecidos para superar una y otra vez la tibia defensa del TD Systems gracias a sus inagotables dosis de talento en el uno contra uno.