vitoria - De Málaga a Estambul sin escalas previas. El maratoniano azulgrana sigue quemando etapas en la actual campaña a un ritmo de vértigo. El incesante trajín de la competición profesional no concede ni el más mínimo respiro al Baskonia. Tras certificar el domingo casi de madrugada en Málaga la vitola de cabeza de serie para la Copa, reaparecen otras vez las cuestas más empinadas en el trayecto de un equipo sometido a un desgaste sobrehumano.Toca cambiar cuanto antes el chip con el fin de poder salir airoso de otra jornada con doble compromiso en la Euroliga. El calendario apenas da margen para saborear las alegrías ni tampoco rumiar los posibles desencantos, pero de momento no se ve un plantel consumido por el cansancio ni dispuesto a enarbolar la bandera blanca de la rendición pese a disponer de una rotación más corta en comparación con otros adversarios. Más bien, todo lo contrario apreciada la notable cadencia victoriosa.
Lo cierto es que se avecina una semana de órdago con dos desplazamientos para un TD Systems que hoy dará la réplica al Fenerbahce y este jueves al Maccabi en Tel Aviv. Casi nada al aparato para un colectivo con un gen competitivo ciertamente admirable y sumergido, posiblemente, en el momento más dulce de la temporada. El Baskonia tiene ahora ante sí el titánico desafío de obtener dos victorias de enorme prestigio que le catapulten mucho tiempo después a las posiciones del Top 8.
Tanto turcos como israelíes, con un triunfo menos que los alaveses en la clasificación, son dos rivales directos en la pelea por un hueco entre la flor y nata continental. Aunque todavía resta un mundo por jugarse en esta carrera de fondo de la fase regular, todo hace indicar que dicha doble jornada marcará el devenir baskonista en la Euroliga.
Se trata no solo de ir recortando la desventaja respecto a los conjuntos que le preceden en la tabla sino también de abrir hueco respecto a dos clásicos que, sin duda, han vivido épocas más gloriosas en el pasado y serán vulnerables por todos sus poros en el caso de que el Baskonia mantenga su magnífica fiabilidad de los últimos tiempos.
El Fenerbahce, eso sí, se ha visto reanimado por sus tres últimas victorias consecutivas ante el Olympiacos, el Asvel y el Estrella Roja. Coincidiendo con el regreso a Estambul de Marko Guduric, el conjunto turco ha mejorado sus prestaciones. Algo que, por otra parte, no era muy difícil teniendo en cuenta las hirientes derrotas encajadas en la primera vuelta. Una de ellas tuvo lugar precisamente en el Buesa Arena, donde los hombres de Igor Kokoskov dejaron una impresión paupérrima.
Claro que en aquella velada del pasado 17 de noviembre, saldada con un contundente 86-68 a favor del Baskonia -sobra decir que conservar el basket average constituye otro de los objetivos en caso de salir derrotado del Ulker Sports Hall- no estuvo el lesionado Nando de Colo.
El fino estilista francés está ofreciendo un rendimiento discreto hasta la fecha y apenas promedia 11 puntos de media, pero la tropa vitoriana ya ha sufrido en el pasado en varias ocasiones su insaciable voracidad y no es cuestión de ver reproducidas las viejas pesadillas. Junto a él, Guduric y Lorenzo Brown, el héroe de los otomanos en su reciente alegría en Belgrado con una canasta sobre la bocina, se perfilan como las grandes amenazas del Fenerbahce. El turco es un equipo que no infunde tanto respeto como antaño y por fortuna carece de una poderosa pintura siendo Jan Vesely el único pívot que sobresale.
"QUIERO JUGAR MEJOR", ASEGURA ACHILLE POLONARA
Achille Polonara puede ser ahora mismo no solo el jugador más en forma del Baskonia, sino también de la Euroliga. El italiano, que acaba contrato en junio, está completando una temporada espectacular a todos los niveles. Quien pensara que el puesto de 'cuatro' quedaría debilitado en el Buesa Arena tras la marcha de Tornike Shengelia al CSKA, estaba equivocado. Su calidad está fuera de toda duda, por no hablar de ese espíritu guerrillero que le permite ser un carpanta de los rebotes. Incluso ha patentado un sorprendente tiro con su mano izquierda a una sola pierna que está causando el terror entre los rivales. Fuera de la pista, también se ha convertido en un jugador carismático para la afición azulgrana. Cuestionado ayer por su dulce momento antes de viajar a Estambul, Polonara dejó claro su carácter inconformista. "Estoy bien, pero quiero jugar todavía mejor", reconoció un ala-pívot que está vendiendo cara su renovación.
