Si el partido de ayer hubiera contado con la afición del TD Systems Baskonia en las gradas, el Buesa Arena habría vivido una auténtica fiesta que difícilmente podrían olvidar los asistentes. El conjunto gasteiztarra y el CSKA, líder de la Euroliga y equipo más en forma del continente, regalaron a los amantes del baloncesto un partido digno de ser grabado y visualizado en bucle. El duelo tuvo de todo. Intensidad, defensa, anotación, triples, mates, jugadas de fantasía... Todo ello dirigido con la batuta de Pierriá Henry, Luca Vildoza y Mike James, tres bases que ayer sacaron a relucir todo su repertorio y demostraron la calidad que atesoran.

Henry fue el protagonista del arranque del partido. Sus robos y velocidad endiablada en transición impusieron un ritmo frenético al partido desde el primer minuto, un ritmo que el CSKA fue incapaz de seguir hasta bien entrado el segundo cuarto. Fue entonces cuando la gran estrella del conjunto ruso, el exbaskonista Mike James, se sumó a la fiesta. El norteamericano comenzó el partido atascado, sin mucha participación, superado en energía y ganas por Henry. A pesar de ello, cuando el choque se iba al descanso, salió a toda velocidad al contraataque y, contra todo pronóstico, en vez de intentar la bandeja buscó la esquina para meter un triple antológico, cayéndose hacia atrás y recibiendo la falta en una jugada que terminó siendo de cinco puntos con la técnica de Ivanovic.

A partir de entonces, Mike James volvió a ser el de siempre, sus triples desde un rango infinito hicieron trizas los esfuerzos defensivos del Baskonia y dieron espacio a sus jugadores interiores atrayendo a sus defensores más allá de la línea de 6,75 metros. Sin embargo, cuando Henry parecía superado, apareció Vildoza, irreconocible en la primera parte y en todo el duelo contra el Alba Berlín, para dar un golpe en la mesa. El argentino se creció con sus robos, anotó triples en transición e incluso se permitió lucirse con un pase a ciegas a Giedraitis cuando lo más fácil era meter la bandeja.

Cuando los bases sonríen, el resto de jugadores se benefician de ello. Fall fue uno de los receptores habituales de los pases de Henry y Vildoza y aprovechó para sumar 16 puntos bajo el aro. Polonara también dejó un mate merecedor de póster a pase de Vildoza, aunque la jugada del partido la protagonizó Bolomboy con un plástico mate a una mano cogiendo el balón muy arriba y detrás de su cabeza. Un encuentro de tantos quilates no podía terminar de otra manera que con un marcador apretado y un tiro decisivo sobre la bocina. Para mayor emoción, Fall tuvo que jugarse los tiros libres con 94-93 en el marcador y James, después de esquivar a Henry, tuvo en sus manos igualar, pero no lo logró. Seguro que el espectador neutral soñaba con una prórroga.