- Una vez superado el coronavirus, Fabien Causeur intenta volver a hacerse un hueco en el poblado perímetro de Pablo Laso. Con Jaycee Carroll viviendo una tercera juventud y la ambiciosa apuesta del Real Madrid por Alberto Abalde, cuya cláusula de rescisión de 1,5 millones de euros en el Valencia Baskonia tuvo que ser abonada en su integridad, el fino escolta francés no está entrando en exceso en los planes de un técnico vitoriano con posiciones triplicadas. Aunque ya ha transcurrido tiempo desde su salida del Baskonia, todavía recuerda con cariño una etapa que, a su juicio, "me sirvió para madurar como jugador y como persona".
Lo primero de todo, ¿se ha restablecido ya por completo del coronavirus?
-Sí, ya estoy al cien por cien. Me ha costado un poquito, pero debo agradecerle al club que haya hecho todo lo necesario para que me recupere. Estoy bien y listo para jugar.
En su caso, ¿en qué le ha pasado factura el covid-19?
-Básicamente me ha quitado el olfato y el gusto, pero por lo demás he estado perfecto. Cuando volví a los entrenamientos, sí tuve la sensación de que estaba fuera de forma y me costaba mucho recuperarme de los esfuerzos. Creo que hay que tener mucho cuidado, ya que no podemos jugar con nuestra salud.
La campaña está siendo muy difícil e incierta para todo el mundo. ¿Cómo puede un jugador mantenerse al margen?
-Ante todo, está siendo complicado para las dos organizaciones: la ACB y la Euroliga. Luego, para el jugador tener que jugar sin público no es la mejor manera de disfrutar de nuestra profesión, pero las cosas han venido así y es lo que hay. Debemos tratar de disputar el mayor número posible de partidos y lógicamente ganarlos. Ya veremos la próxima temporada cómo lo hacemos entre todos para que la gente pueda apoyarnos como antes.
Apenas ha disputado seis partidos desde el arranque del curso. Se morirá de ganas de sacar a pasear esa zurda de seda, ¿no?
-Sí, por supuesto. Tengo unas ganas enormes de jugar y de pisar el campo. Soy consciente de que la temporada es muy larga y tendré que estar listo para el momento en que el entrenador me dé la alternativa. Nos quedan muchos partidos por delante y debo prepararme lo mejor posible para cuando confíen en mí.
En Vitoria era capitán general jugando 30 minutos de media, mientras que ahora en el Real Madrid debe superar incluso una criba para entrar en la convocatoria. ¿Cómo lleva este cambio de rol?
-Es mi cuarta temporada en el Real Madrid y reconozco que en las tres anteriores no había tenido tan pocos minutos como ahora. La verdad es que es un cambio grande porque en el Baskonia jugaba 25 ó 30 de media todos los días. Creo que un jugador se adapta a todas las circunstancias y madura a lo largo de su carrera. También soy consciente de que a medida que me vaya haciendo mayor resultará cada vez más difícil permanecer muchos minutos en pista. Lo que quiero es estar en el campo y rendir al máximo el tiempo que me concedan. Ya estoy acostumbrado a ello. Sé que no puedo decidir ni es algo que esté en mis manos antes del partido. Esto debe ser otra cualidad de un jugador, saber esperar tu oportunidad y aprovecharla cuando llegue. Pero sigo intentando mejorar todos los días como jugador.
Egoístamente, ¿le puede venir bien la marcha de Campazzo a la NBA si Llull es reciclado al puesto de base y existe menos competencia en el puesto de escolta?
-La baja de Facundo es muy dura a nivel deportivo para nosotros y está claro que otros jugadores deberán asumir una mayor responsabilidad a partir de ahora. De ahí a decir que será una ausencia positiva para mí, pues ni idea. Esa es una pregunta que habría que hacerle a Pablo Laso. No lo sé si en el plano personal me puede beneficiar a largo plazo, pero sí tengo claro que en el plano colectivo es difícil de digerir. Nos tocará adaptarnos y saber llevarlo de la mejor manera.
Pese a la derrota sobre la bocina tras el triple de James, ya demostraron en el último partido ante el CSKA que hay vida sin Campazzo...
-Seguramente quien piense que somos más débiles sin Facundo, estará equivocado. Tenemos una plantilla que en los últimos años lo ha ganado absolutamente todo y, además, varias veces. Seguimos conservando ese hambre de títulos. Cuando se marchó Luka Doncic a la NBA o perdimos a Sergi Llull para toda la temporada, el equipo no se vino abajo y demostró de lo que era capaz. El Madrid siempre es el Madrid. Ahora sin Campazzo tendremos que demostrarlo una vez más. Este club siempre posee un ADN ganador y la ambición por ganar todos los partidos.
Todavía no ha dicho ninguna palabra sobre el Baskonia. ¿Qué opinión le merece su exequipo?
-Es un equipazo y lo sabe todo el mundo. La pasada temporada ganó la ACB y eso le ha dado la confianza necesaria para afrontar esta campaña con garantías. Han perdido a un referente como Shengelia, pero estoy seguro de que seguirán peleando por ganar todos los partidos y conseguir títulos. Es un equipo que juega durísimo, tiene el sello de Dusko Ivanovic y entonces no es ninguna sorpresa que haya alcanzado este nivel.
Ya solo queda Ilimane Diop de su etapa en tierras alavesas. ¿Qué recuerdos conserva de su experiencia como azulgrana?
-El Baskonia me ayudó a madurar como jugador y como persona. En Vitoria conocí el máximo nivel europeo llegando a la Final Four de Berlín y alcanzando con regularidad los play off por el título. Es el club que fue una escalera para poder fichar por el Real Madrid, entonces siempre le estaré muy agradecido y seré respetuoso cuando tenga que hablar de mi experiencia en Vitoria.
Cumple su octava temporada en el baloncesto español. ¿Llegó a imaginar alguna vez que pasaría tanto tiempo en la Liga ACB?
-Es verdad que a estas alturas de mi vida puedo sentirme casi más español que galo (risas). Además, hablo todos los días el idioma con mi mujer, que es madrileña. España ya es como mi segunda casa y paso casi más tiempo aquí que en Francia. La verdad es que adoro el país y ojalá pueda seguir mucho tiempo porque me lo ha dado todo y estoy a gusto.
Con contrato en vigor en la capital hasta 2022 y a sus 33 años, ¿le queda entonces cuerda para rato?
-Como mínimo, espero seguir compitiendo cuatro o cinco años más. Además, siempre pienso lo mismo. Cuando no juego en un partido, trato de sacar el lado positivo de que mi carrera se alarga un poquito más.
"En las campañas anteriores no había tenido tan pocos minutos como ahora, pero una virtud de un jugador es esperar su oportunidad"
"El Baskonia es un equipazo, juega durísimo y tiene el sello de Ivanovic, entonces no es ninguna sorpresa que haya alcanzado este nivel"
"A estas alturas me siento casi más español que galo; ojalá pueda seguir más años aquí porque es un país que me lo ha dado todo"