VITORIA. El pie derecho de Youssoupha Fall ha dicho basta. Medio minuto ha durado la andadura del gigante senegalés en esta fase final de la ACB. No estaba en condiciones de jugar, pero Ivanovic le forzó ante el Barcelona y las consecuencias han sido nefastas. En concreto, sufre una lesión parcial en su fascia derecha que supone el final anticipado de la temporada y le obligará a trabajar de lo lindo en el verano con el fin de llegar a la pretemporada en perfectas condiciones.

El Baskonia explicó ayer que Fall había entrenado con normalidad en los días previos y que "un mal gesto" había propiciado el percance. Nada más lejos de la realidad porque Fall estaba entre algodones desde que sintió las primeras molestias en un entrenamiento previo al viaje a Valencia. En el primer encuentro ante el Bilbao Basket no fue convocado, sí estuvo entre los doce elegidos frente al Tenerife sin ingresar en pista y fue el domingo cuando quedó fuera de combate tras ser arrollado por Hanga en una entrada a canasta y hacer un mal apoyo con su pie derecho sobre el suelo.

Fall dice adiós de forma abrupta a una temporada en la que su impacto no ha sido ni mucho menos el esperado por el Baskonia en la zona con el fin de que la sombra de Poirier no fuera alargada. Sometido por primera vez a la máxima exigencia que implica simultanear dos frentes como la ACB y la Euroliga tras una fructífera cesión en el Estrasburgo, el techo senegalés de 221 centímetros ha demostrado estar aún verde para erigirse en ese poste dominante que los rectores azulgranas confiaban. A Fall le quedan dos años más de contrato y, en principio, tiene un hueco fijo en el proyecto del ejercicio 2020-21, aunque está por ver si mejora su química con un Ivanovic que tampoco le ha concedido un gran protagonismo. Entre sus aspectos a pulir, el acierto en los tiros libres, los movimientos de espalda en el poste bajo y evitar esa peligrosa tendencia a cargarse de faltas en los partidos.