VITORIA. El Baskonia pasa esta noche (20.15 horas) una reválida de altísimo nivel en el OAKA, hogar de un Panathinaikos prácticamente indestructible como anfitrión en la presente Euroliga. La tropa alavesa buscará en la capital ateniense un triunfo de enorme prestigio en una cancha donde esta temporada únicamente ha salido indemne el líder CSKA tras un triple de Sergio Rodríguez en los últimos segundos.
Ese dato ilustra con claridad la fortaleza del ogro heleno, un conjunto sumergido en la áspera pelea por la consecución de la vitola de cabeza de serie de cara al cruce de cuartos de final y que, por tanto, no concederá ni las migajas a un maratoniano azulgrana dispuesto a vender muy cara su piel y prolongar su dulce momento de juego y resultados. Tras encadenar cinco victorias consecutivas entre ACB y Euroliga, el Baskonia persigue otro éxito que le abriría definitivamente las puertas del Top 8 a poco que se haga fuerte en el Buesa Arena en las siguientes jornadas.
Por la identidad de un adversario reforzado esta semana con el pívot Adreian Payne y el carácter intimidatorio de un escenario siempre caliente que acostumbra a hacer mella en la imparcialidad de los colegiados, se trata de un test de altura para un Baskonia que, a falta de nueve jornadas para el cierre de la fase regular de la Euroliga, pretende dar otro contundente paso en su infatigable persecución al Khimki y al Maccabi. Rusos e israelíes son los dos conjuntos que le cierran en la actualidad las puertas del billete para el cruce previo a la Final Four de Belgrado pero en cualquier momento pueden verse superados por los alaveses habida cuenta de su inestabilidad.
Sin bajas y con todo el arsenal a disposición de Pedro Martínez, la primera premisa del Baskonia para salir airoso será contrarrestar el poderoso nivel físico y atlético del vigente campeón griego. Con un puñado de jugadores capaces de amoldarse a las posiciones de tres, cuatro y cinco gracias a su versatilidad, Xavi Pascual puede permitirse el lujo de poner en práctica sin problemas la defensa de cambios automáticos tan difícil de atacar si se ejecuta de manera armónica.
ánimos caldeados En cualquier caso, la estrella del Panathinaikos no es otro que Nick Calathes, un cerebral director de juego muy mejorado con el paso de las temporadas que se ha convertido en una de las sensaciones de la Euroliga con un control absoluto del tempo de los partidos. Minimizar su álgido poderío a nivel anotador y, sobre todo, impedir que haga mejores a sus compañeros brindará al Baskonia la oportunidad de profanar la cancha helena.
Los vitorianos se librarán de la amenaza de Matt Lojeski, baja ya confirmada. El francotirador estadounidense nacionalizado belga, al que una fascitis plantar le está martirizando durante las últimas semanas, causó en su día innumerables estropicios vistiendo la camiseta del Olympiacos. Toda la responsabilidad exterior de los locales recaerá en el veneno del exmadridista KC Rivers y Nikos Pappas, una pesadilla en el encuentro de ida en el Buesa Arena que el Baskonia solventó sobre la bocina tras una canasta de Rodrigue Beaubois.
Aquel costa a costa del francés tras un tapón previo de Toko Shengelia supuso la primera victoria de los vitorianos en esta Euroliga tras el adiós de Pablo Prigioni y el comienzo de una meritoria remontada que, sin embargo, todavía no se ha culminado con el asalto a una de las ocho primeras posiciones. Algo que en el plano anímico sería importante para un grupo con la autoestima nuevamente por las nubes.
Un factor en contra del Baskonia radica en que los ánimos en las gradas del OAKA pueden estar muy caldeados después de la ejemplarizante sanción impuesta por la Euroliga a Dimitris Giannakopoulos. El díscolo dueño del Panathinaikos no podrá acceder durante un año a cualquier recinto que albergue un partido de la máxima competición continental, si bien ya ha recurrido este castigo sin precedentes tras sus duras críticas vertidas contra el arbitraje padecido semanas atrás en Estambul ante el Fenerbahce. l