Vitoria - El arranque del último partido del año en el Buesa Arena deparó una sorpresa a los aficionados baskonistas. Sito Alonso movió sus piezas y optó por un quinteto inicial en el que el juego interior presentaba una renovación completa. Si en los últimos compromisos del equipo eran Tillie e Ilimane Diop los encargados de empezar jugando en la pintura, ante el Maccabi se sentaron en el banquillo para ceder su puesto a Shengelia y Voigtmann. Y el cambio le salió redondo al preparador azulgrana.

Porque el turco y el alemán -junto con Larkin- fueron sin duda los grandes artífices de la contundente victoria alavesa. Mención especial merece la actuación del germano, que había reducido sensiblemente sus prestaciones en las citas precedentes, mostrándose incluso muy dubitativo a la hora de intentar sus habituales tiros de larga distancia.

La recuperación de la titularidad, sin embargo, pareció ejercer de bálsamo providencial para el teutón, que desde el primer instante dejó claro que estaba dispuesto a recuperar su mejor versión. Así, fue el encargado de inaugurar el marcador con un tiro marca de la casa en cuanto tuvo contacto con el balón.

De inmediato encontró compañía en ese camino recién abierto y Shengelia se sumó a la fiesta con dos triples en dos intentos casi seguidos que impulsaron la anotación azulgrana. Una tónica que se mantuvo durante los cuarenta minutos y que resultó fundamental para que, finalmente, el triunfo se quedase en el Buesa Arena.

Pero es que, además, la destacada actuación de ambos jugadores no se limitó a la parcela ofensiva. También en la canasta propia brillaron con luz potente. El trabajo defensivo de ambos consiguió minimizar al máximo la aportación de los pívots del Maccabi, que una y otra vez se veían impotentes para poder superar el férreo muro con el que se estrellaban.

De esta manera, ni el exbaskonista Colton Iverson ni el alemán Zirbes -al que su compatriota Voigtmann terminó sacando de quicio pese a su enorme poderío físico- pudieron hacer daño en la zona vitoriana. La estadística final del choque es, sin duda, el mejor resumen del gran partido de los ayer pívots titulares del Baskonia que, con 23 y 22 puntos respectivamente, fueron los máximos anotadores del equipo y dos de los tres más valorados (26 y 22 por los 24 de Larkin).

Voigtmann y Shengelia fueron los más destacados en la parcela anotadora, pero el base estadounidense volvió a ser el perfecto guía que condujo al Baskonia hacia un triunfo inapelable. Su criterio en la dirección le permitió alcanzar los 24 de valoración.