Rochestie llega a un acuerdo para rescindir su contrato
El base pone punto final a su efímera etapa de Baskonista El americano no tuvo la confianza de ninguno de los dos entrenadores
Vitoria. Podría decirse perfectamente que era un divorcio anunciado y conocido por todos al que únicamente restaba por añadirle la fecha en la que adquiriera rango oficial y ese momento llegó a última hora de la tarde de ayer. El 8 de enero de 2013 se escribió el punto final a la efímera etapa de Taylor Rochestie bajo la disciplina del Baskonia. El jugador norteamericano -con pasaporte montenegrino- y el club de Zurbano alcanzaron un acuerdo por el que el base deja de pertenecer al Caja Laboral y puede buscarse un nuevo destino en el que correr mejor suerte de la que le ha acompañado en estos últimos meses.
La situación estaba más que clara desde que su compatriota Omar Cook llegara a Vitoria y la entidad azulgraba decidiera retirarle la ficha para que fuera el doble cero nacido en Brooklyn quien acompañara a Heurtel y Cabezas en la dirección del juego. Si, a juicio de muchos analistas, tres bases ya son demasiados para un equipo como el Baskonia, desde luego cuatro eran multitud y la continuidad de Rochestie en la plantilla se había convertido en una situación insostenible durante mucho tiempo más.
Era sólo cuestión de esperar a que ambas partes alcanzasen un acuerdo económico para rescindir el contrato que les unía y afrontasen el futuro por caminos separados. Ese momento se produjo ayer y a partir de ahora tanto el jugador como el club pueden centrarse en sus respectivos objetivos.
La ruptura ha sido el colofón a una relación mucho más breve de lo inicialmente esperado y que ya se alumbró con problemas importantes. Y es que tras hacer oficial la contratación de Rochestie durante el verano y después de que el base se convirtiera en una de las estrellas del Preeuropeo liderando a Montenegro junto al también baskonista Milko Bjelica, en el siempre exhaustivo reconocimiento médico baskonista se le detectaton unos problemas en la rodilla que a punto estuvieron de abortar la operación. Finalmente el fichaje se concretó incluyendo una cláusula que permitía al Caja Laboral cortar al jugador en caso de que recayera.
Algo que no se produjo. Sin embargo, sí llegó una lesión muscular que retrasó su integración en el grupo. Y cuando esta llegó, ni Dusko Ivanovic primero ni Zan Tabak después le vieron capaz de llevar las riendas del equipo. Como consecuencia, fue asumiendo un papel cada vez más residual hasta que ayer firmó su finiquito.