Vitoria. Después de la despedida concatenada de Stanko Barac y Esteban Batista, el capítulo de salidas en el Caja Laboral tiene aún un amplio camino por recorrer. Un episodio en el que el principal protagonista -más allá de hombres con pie y medio fuera como David Logan- va a ser sin duda Marcelinho Huertas. El base brasileño se prepara estos días para incorporarse con su selección y disputar el Torneo de las Américas mientras en Barcelona acapara día tras días la actualidad del conjunto dirigido por Xavi Pascual. Consciente de que el mercado de bases es ahora mismo una jungla en la que las presas escasean y los cazadores disparan en cuanto algo se mueve, el Barcelona ha fijado su punto de mira en el todavía timonel del Baskonia con la única intención de atraerle a tierras catalanas.

Con ese objetivo, el conjunto culé ha trasladado una suculenta oferta al que fuera coronado el pasado curso como mejor base de la ACB. Un contrato por tres temporadas con el que pretende que Huertas se olvide definitivamente de la propuesta de renovación que tiene sobre su mesa desde hace semanas. Pocos días después de finalizar la campaña, Baskonia y jugador habían cerrado prácticamente el acuerdo para que el paulista ampliara su contrato hasta 2015. Sin embargo, los días pasaban y la firma seguía sin quedar plasmada negro sobre blanco, aunque en el seno de la entidad azulgrana jugaban desde el inicio con la tranquilidad que inspira la opción de renovar unilateralmente por un año más el contrato que expira el próximo verano.

La dificultad de la contienda no ha retraído sin embargo al Barcelona, que, aunque está dispuesto a abonar un traspaso por Marcelinho, quiere reducir su montante global hasta su mínima expresión. Por eso, el cuadro culé ha pedido al director de juego azulgrana que presione al Baskonia para que le deje marchar. Un extremo que, según confirmaron fuentes del club vitoriano, el jugador no les ha planteado -al menos hasta ahora- en ningún momento.

De cualquier forma, pese a la inflexibilidad de los rectores vitorianos, el adiós de Huertas queda a expensas simplemente de que el Barcelona quiera rascarse el bolsillo y saque billetes de su cartera hasta que el Caja Laboral diga basta. Y es que en el cuadro alavés consideran que la venta del brasileño sólo sería rentable -económica pero, sobre todo, deportivamente hablando- si la cantidad que entra en sus arcas a cambio -siempre mayor que los 1,2 millones que ha recibido del Efes turco por Stanko Barac- les permite salir al mercado con las garantías suficientes para fichar a un sustituto de primer nivel. Algo que, teniendo en cuenta que Marcelinho Huertas se ha erigido por derecho propio en uno de los mejores bases del continente, se antoja enormemente complicado.