El Kutxabank Araski siempre ha acostumbrado a sus aficionados a vivir y disfrutar de un buen baloncesto y a lograr el objetivo de la salvación sin grandes apuros. Es más, tras lograr el ascenso a la máxima categoría del baloncesto nacional en Cáceres en 2016, se han vivido siete temporadas en la élite y en muchas de ellas los éxitos han sido incontables con varias clasificaciones para la Copa de la Reina o el play off. Incluso, en algunas temporadas, cuando no se han alcanzado estos logros, el Araski nunca ha coqueteado con el descenso y siempre ha logrado la permanencia con relativa facilidad.
Sin embargo, este curso no ha comenzado de la mejor manera. Y es que el Araski aún no conoce la victoria tras cinco jornadas, pero tampoco la consiguió en toda la pretemporada, incluida la Euskal Kopa.
Una situación que ya ha comenzado a sembrar las primeras dudas e incertidumbres sobre un club que no está acostumbrado a estar en la cuerda floja. Esta situación nueva, preocupante y extraña no ha dejado indiferente a nadie, tanto dentro como fuera del club.
Aunque queda mucha temporada por delante y se pueda reconducir la situación, es cierto que esa primera victoria que eleve la moral de las vitorianas no debe tardar en llegar. Y más teniendo en cuenta quién es el próximo rival del Araski, es decir, el Celta Baloncesto, que junto al Bembibre son los tres clubes que aún no conocen la victoria.
UNA FINAL ESTE VIERNES
Esa visita a tierras gallegas ha cogido aroma a final para no terminar de agudizar la crisis y evitar así entrar en puestos de descenso. Algo que lógicamente afectaría aún más a nivel psicológico a unas jugadoras que, eso sí, lo dan todo sobre la pista y que muestran un carácter digno del “ADN Araski”.
Sin embargo, en lo que al juego se refiere, el equipo no termina de arrancar y este es un aspecto que tiene cierto sentido, ya que el club vitoriano siempre está acostumbrado a rehacerse temporada tras temporada a causa de que sus piezas más importantes tienden a irse a otros equipos.
Esto es algo con lo que ya se cuenta desde Vitoria y se acepta ese peaje de encajar piezas en cada comienzo de competición. Aunque esta vez, ya no solo es que el engranaje no termine de realizarse, es que por momentos da la sensación de que al coche le falta carburante para poder arrancar.
En la última jornada disputada en Mendizorroza se pudo ver cómo dos jugadoras del Ensino como Tate y Olaeta se echaron a su equipo a la espalda y fueron claves para la victoria del Ensino. Esa es quizá una de las partes que le está faltando al Araski. No termina de emerger esa jugadora que sea la líder.
En alguna jornada ha aparecido Hermina, en otra Hill e incluso las veteranas Van den Adel o Seda, pero nunca ha habido regularidad. Eso sí, está claro que la lesión de Alarcón tampoco ha ayudado.
Hasta ahora, el Araski había vivido con cierta comodidad las últimas temporadas gracias, en parte, a dos jugadoras como Asurmendi y Atkinson, quienes para bien o para mal siempre se mostraban como las líderes de su equipo. En este cambio de ciclo que se produjo en verano y con la marcha de dos jugadoras tan importantes, era de vital importancia que alguien, ya fuera de manera individual o colectiva, aportara los puntos que anotaba Atkinson. Algo que está costando un mundo.
Problemas en el timón
Y, por otro lado, la dirección de Gretter también debería dar un paso más hacia adelante, ya que a pesar de que la base no esté realizando un comienzo de temporada malo, aún está lejos del nivel que ya ha acostumbrado a todos los amantes de este deporte.
En este sentido, cuando la argentina descansa en el banquillo, su equipo lo nota demasiado. Sus compañeras dejan detalles de que se sienten más cómodas en la posición de escoltas que a la hora de ser bases puros.
Desde un primer instante, y por el perfil de jugadoras, se vio que este grupo está concebido para correr y anotar muchos puntos en transición, pero a día de hoy no se ha logrado adquirir esa velocidad de crucero necesaria.
Y eso que en el aspecto del rebote el equipo no está trabajando mal. Además, cuando se juega en estático se sufre demasiado, ya que el balón no termina de tener buena fluidez y por consiguiente, la elección de los tiros no termina de ser la más óptima.
Margen para mejorar
En el aspecto defensivo también se debería mejorar para evitar que jugadoras como Tate jueguen con tanta libertad. La base del Ensino se fue con 16 puntos al descanso la última jornada. Tras el paso por los vestuarios, se trabajó y se mejoró en ese sentido y solo pudo anotar cuatro puntos más, pero este sábado no fue la primera vez que sucedió. En la primera jornada de la competición, Soriano tuvo un papel parecido destrozando el aro del Araski durante los primeros 20 minutos.
Aunque parezcan muchas cosas a mejorar, aún hay tiempo para subsanarlas, ya que sí de algo bien puede presumir este equipo, es de la buena química que existe entre ellas y esos deben ser los cimientos para construir y crecer. Una buena sintonía dentro del vestuario siempre ayuda a que los resultados sean positivos y una victoria bien podría dar alas a un equipo que la necesita como el comer.
Sin embargo, el Araski ya ha empezado a ver las orejas al lobo y una nueva derrota podría hacer aparecer una ansiedad que no es nada buena para afrontar los partidos. Por último, no es descartable que el club acuda al mercado para tratar de elevar el rendimiento de una plantilla muy corta con tan solo nueve jugadoras más tres canteranas.