- A pesar de la avanzada campaña de vacunación, la pandemia continúa muy viva en las calles de Álava y el covid-19 no deja de colarse en uno de los ámbitos más frágiles de la sociedad, las residencias de mayores.

Según confirmaron ayer a este periódico fuentes forales, los casos activos de coronavirus entre las personas usuarias de estos recursos ascienden ya al menos a 25 en el territorio, prácticamente el doble respecto a los reportados el pasado viernes, cuando había 13 positivos confirmados en tres residencias alavesas.

Los contagios se concentran en esos tres mismos geriátricos, todos ellos de gestión privada: Se trata de Carema (Jungitu), Nuestra Señora de Okon (Bernedo) y Burgelu (Elburgo). Hasta el momento, los brotes se han saldado con dos personas hospitalizadas.

La primera persona ingresada es una usuaria de la residencia Carema, que actualmente es el centro más afectado. Allí han salido a la luz hasta ahora un total de 12 positivos fruto de un cribado. Por ahora no hay trabajadores contagiados, aunque se ha realizado un segundo screening en otro módulo de la residencia de cuyos resultados se estaba todavía ayer a la espera.

La segunda persona ingresada es una residente de Nuestra Señora de Okon, que hasta el momento suma siete positivos activos. El resto de contagios, seis, se concentran en el geriátrico Burgelu, donde además hay una persona trabajadora positiva.

Según detallaron los mismos medios, la mayor parte de las personas contagiadas “tienen síntomas leves o están asintomáticas”.

Cabe recordar que aunque la vacuna contra el covid-19 evita en la inmensa mayoría de los casos los cuadros graves, las personas inmunizadas no están libres de infectarse, como ha sucedido ya en varias ocasiones en las embestidas más recientes del covid-19. Tampoco de desarrollar complicaciones.

De hecho, un gran brote detectado a mediados de junio en la residencia Albertia Campus de Vitoria, que afectó a 20 residentes, se saldó con una persona fallecida. Más recientemente, en los últimos días de julio, se detectó un segundo brote en este mismo recurso privado y días después hubo que lamentar el fallecimiento de otro usuario que había recibido la pauta completa de la vacuna.

No han sido los únicos usuarios de residencias fallecidos en esta última fase de la pandemia. Antes, en los primeros días de mayo, una mujer de 84 años usuaria de la residencia San Prudencio, que también había sido vacunada, falleció por coronavirus en un hospital de la capital alavesa. A la anciana se le detectó el covid tras hacerle una prueba PCR en el marco de un preoperatorio, ya que iba a ser intervenida quirúrgicamente. Hasta ese momento no había dado muestras de tener el virus, pero posteriormente empeoró, fue ingresada y falleció.

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Positivos se concentran en la residencia privada Carema, de Jungitu, que es la más afectada.

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Contagio se ha reportado también entre una persona trabajadora, en este caso en Burgelu.