El pasado 17 de junio la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, visitó Llodio para dar a conocer la apuesta de su departamento y de Osakidetza por dotar al municipio para primavera de 2024 -con una inversión de 11 millones de euros e inicio de obra previsto en verano de 2022- de un nuevo centro de salud, dada la falta de espacio del de Zumalakarregi. Hasta ahí todos contentos. Sin embargo, la ubicación escogida: una parcela municipal de 2.000 metros cuadrados, situada en la esquina de las calles Goikogane y San Martín del barrio Latiorro -donde se levantará un nuevo edificio de varias alturas con una superficie de 6.000 metros cuadrados (el triple que el actual)- ya es otro cantar.

De hecho, desde hace un mes pulula en la plataforma Change.org una iniciativa vecinal en contra de esta ubicación, que ya acumula cerca de 400 adhesiones, y que, sobre todo, incide en la "pésima accesibilidad" que, tanto para peatones como para vehículos, tiene el lugar elegido, dadas las cuestas a salvar para llegar hasta allí (hay escaleras mecánicas pero su funcionamiento no es continuo) y la escasez de aparcamiento, ya que aunque "hay un parking a escasos cien metros, es de alta afluencia", reconoció el propio alcalde, Ander Añibarro; al tiempo que añadió que habrá que esperar a ver cómo evoluciona el proyecto, en cuya primera fase -la necesaria modificación de normativa- ya estamos trabajando", incidió.

Y es que las parcelas escogidas tienen calificación dotacional para uso educativo, por lo que es el Ayuntamiento quien tendrá que modificarlo, como paso previo a la cesión del suelo al Departamento de Salud del Gobierno Vasco, de cara a que éste pueda sacar a licitación la obra. Por lo que respecta a la ubicación elegida, Añibarro también explicó que, tras descartarse la factibilidad de ampliar el ambulatorio actual, las posibilidades eran bastante reducidas, ya que "Llodio urbanísticamente esta colmatado y parcelas libres, que cumplieran con los requisitos que exige este proyecto, son estas y poco más".

Otro pero que esgrimen las personas contrarias a la ubicación es el de que se trata "de una de las pocas zonas verdes que nos quedan en Llodio"; aunque el regidor ya matizó que "no afectará al parque" y por el contrario ensalzó las bondades del nuevo centro, pues "será más funcional y adaptado a las necesidades asistenciales, y permitirá ampliar la cartera de servicios".

De hecho, además de prestar el servicio de Atención Primaria a los más de 20.000 habitantes de Llodio, acogerá también consultas externas, e incluirá la atención a la salud mental, una unidad de atención hospitalaria a domicilio y servicios que ahora no se ofertan como el de radiología, que estarán a disposición de los más de 42.000 habitantes del Valle de Ayala. Lo que parece que se ha descartado por completo es la hospitalización ordinaria. Por esa razón, desde EH Bildu recordaron que, en el marco de los proyectos a financiar con los fondos europeos Next Generation, ya plantearon inversiones por un valor total de 31 millones para la comarca de Aiaraldea, de los que 10 se planteaban destinar a la construcción de un hospital comarcal. En ese contexto, la coalición abertzale reclamaba la elaboración de un estudio exhaustivo para determinar, desde el análisis de los interminables itinerarios sanitarios actuales y con la participación de la ciudadanía, los servicios que deberá acoger dicho centro que, en base a su propuesta, debería estar dotado de un espacio para enfermos crónicos, un servicio de urgencias de 24 horas, incluidas urgencias pediátricas.