El ex entrenador del Atlético de Madrid, Mikel Ondarre, analiza el duelo copero de este sábado (21.00 horas) entre las Gloriosas y las colchoneras con la esperanza de que las pupilas de Andrea Esteban den la sorpresa.
¿El partido del sábado es uno de los encuentros más importantes de la temporada?
–Es un encuentro bonito para ambos, pero en especial para el Deportivo Alavés y para Vitoria por volver a tener un rival de mucha entidad como el reciente campeón de la Copa de la Reina. Creo que es muy emotivo que el Atlético vuelva a pisar Ibaia y esperemos que haya un gran ambiente.
Además, está el regreso de Sonia Majarín, quien dejó una huella muy bonita en Vitoria.
–Sonia es una futbolista y una persona magnífica que no lo tuvo fácil cuando vino porque significaba salir de casa y venirse hasta Vitoria. Ella supo trabajar e hizo una buena temporada para volver al Atlético. Incluso allá en Madrid ha llegado a jugar de pivote y lo ha hecho muy bien y ha ido escalando dentro del equipo para consolidarse. Ahora es una futbolista que se lo merece todo porque lo logrado es gracias a su buen trabajo. Ser titular en el Atlético no es fácil y ella lo ha conseguido con regularidad.
¿Cuáles son sus experiencias más importantes como entrenador?
–He estado en Eibar, Alavés, en la temporada 21/22 en el Rayo femenino y y el curso pasado en el Atlético.
¿Ha notado diferencias entre dos clubes como el Atlético y el Alavés?
–Son dos mundos distintos por así decirlo. Al final, el Alavés se fusionó con las Gasteiz Cup y luego fue creciendo y hay que darle mérito a la dirección deportiva, staff y a todas las jugadoras que han pasado hasta hoy. Llegar a Primera División tampoco es fácil y se consiguió estar dos años en la élite y ya se está trabajando para estar de nuevo arriba. Estoy seguro de que más pronto que tarde ese buen hacer dará sus frutos. Por otro lado, el Atlético tiene ambiciones distintas y se te exige como mínimo estar entre los tres primeros por todo lo que genera el club por infraestructuras y medios. Es una entidad donde se trabaja casi 24 horas y aunque hay más facilidades, también hay más exigencias. Cuando llegas tienes que saber qué club es y lo que significa ser del Atlético. No se puede fallar ni un ápice porque la exigencia es máxima.
Con todo eso, ¿ve viable que las Gloriosas den la sorpresa?
–Por supuesto, el fútbol es fútbol y es bonito por eso. Ya se ha visto este mismo año cómo en la Copa de la Reina está habiendo sorpresas con equipos de menor categoría y que están superando a clubes de primer nivel, como el Real Oviedo. Al final, el Alavés juega en casa y ante su gente en Ibaia, eso tiene que servir de impulso a las Gloriosas para que les dé alas para pasar de ronda. Eso sí, el Atlético de Madrid se ha reforzado muy bien este año y con Manuel Cano ha encontrado esa regularidad y estabilidad necesarias.
"El Alavés juega en casa y ante su gente en Ibaia, eso tiene que servir de impulso a las Gloriosas para que les dé alas para pasar de ronda, aunque el Atlético de Madrid se ha reforzado muy bien este año"
¿Cuáles serán las claves para quebrar la lógica?
–El Atlético es un equipo fuerte que te suele atraer para jugar por banda con esas extremos que son muy habilidosas para luego centrar. Hay que tener cuidado con ese fichaje de Sheila en punta, que este año ya ha metido muchos goles. Además, también han mejorado mucho a balón parado y los disparos frontales de Leicy son peligrosos. Por su parte, el Alavés tiene que intentar defenderse duro y, cuando pueda, ser vertical con sus extremos y amenazar al contraataque.
Las Gloriosas no están desplegando mal juego, pero les falta el gol...
–Al final, es difícil cuando todo el proyecto es prácticamente nuevo. Aunque hayan jugado la primera vuelta al completo se está viendo cómo el club y Andrea Esteban, que es la cabeza visible, quieren que esto funcione. El juego lo están haciendo bien y en cuanto a sensaciones creo que han merecido más. La clasificación marca lo que marca, pero hay que ser optimistas y queda mucho todavía. Con el buen trabajo que se está haciendo, todo llegará en algún momento.
El pasado verano fue como reiniciar al completo el proyecto, ¿verdad?
–Salvo pequeñas excepciones con algunas jugadoras que han continuado en el proyecto, futbolistas con cierta categoría, el resto del equipo es prácticamente nuevo, como la entrenadora. Hay que dejar ese tiempo que se está dando para que al final del año se puedan haber conseguido los objetivos. Lo que sí que creo es que se está haciendo buen fútbol y los que vamos a Ibaia estamos disfrutando.
¿Ve opciones reales de que las Gloriosas alcancen el ‘play off’?
–El equipo y el nivel de las jugadoras es brutal y muy bueno, ya que se fichó muy bien en verano y se ha hecho lo propio ahora en invierno con grandes refuerzos como Nerea Gantxegi en una parcela que necesitaba apuntalar el equipo. Estoy seguro de que es uno de los equipos que mejor nivel tiene de la categoría e igual la clasificación no marca lo que debería, pero queda toda una vuelta y el margen es mínimo. Con dos victorias ya estás en toda la pomada. Hay que ser optimistas con este nuevo proyecto y estoy seguro de que se volverá a Primera.
"El equipo y el nivel de las jugadoras es brutal y muy bueno, ya que se fichó muy bien en verano y se ha hecho lo propio ahora en invierno con grandes refuerzos como Nerea Gantxegi en una parcela que necesitaba apuntalar el plantel"
Este año se está viendo en Ibaia un juego rico tácticamente.
–Soy un entrenador que siempre he exigido eso precisamente en mis equipos y siempre me gusta resaltar lo técnico y lo táctico. Hoy en día, todos los equipos están muy trabajados y se nota también en todos los rivales. Si tú no lo estás, se acaba notando.
¿Cuál es su mejor momento como entrenador? ¿Y el peor?
–El mejor fue hace dos años cuando debuté en Primera División con 25 años, un sueño que siempre quise y tuve la suerte de que mis padres estuvieran ahí. Ese es el mejor momento que pude obtener junto cuando se me dio la oportunidad de entrenar a un equipo de élite. Cuando me llamó el Atlético de Madrid, es decir, un club transatlántico, siempre te hace ilusión. Y el peor, cuando estuve en el Rayo Vallecano y estuvimos en puestos de descenso. Esos son momentos que son difíciles de gestionar, pero en el mundo del deporte tarde o temprano puede pasar y sin duda son experiencias que luego te ayudan.
¿Considera que los proyectos como el Alavés son atractivos para los entrenadores?
–Siempre es bonito empezar un proyecto desde cero y, en el caso de Andrea Esteban, ya había estado en Valencia y tuvo esa cara amarga de que te cesen, pero ella siendo joven tuvo la suerte de venir aquí y se está reivindicando para volver a la élite con el Alavés. Me imagino que en su cabeza estaba eso, es decir, coger un proyecto nuevo y en otra ciudad distinta. Creo que desde el primer momento se le ha acogido muy bien y ella está adaptada a las mil maravillas. Se le nota cómoda y con ganas de reivindicarse con un proyecto nuevo, moldearlo a su imagen y devolverlo a la máxima categoría.