Mendizorroza es un fortín, y nadie lo puede negar. Pocos días después de su excelente actuación, pese a la derrota, frente al Sevilla, el Deportivo Alavés volvió a jugar este sábado en casa, con su gente, y sumó tres puntos muy importantes para seguir metido de lleno en la pelea por el ascenso. Esto último, ante un Racing que, si bien tuvo sus opciones -y jugó con un hombre más durante varios minutos-, no pudo responder a la superioridad gasteiztarra y los goles de Luis Rioja, Salva Sevilla y Mamadou Sylla.

Para tratar de dominar el juego desde el principio, Luis García Plaza optó por realizar varios cambios en su once tipo. A las ausencias ya conocidas del sancionado Abqar, por quien entró Sedlar, y Miguel de la Fuente, cuyo puesto, al ser suplente, lo volvió a ocupar Sylla, se sumaron las novedades de Antonio Blanco, titular por primera vez tras su debut contra el Sevilla, y Abde Rebbach, decisivo para ganar al Burgos recientemente. En consecuencia, Carlos Benavídez y Xeber Alkain tuvieron que arrancar el choque en el banquillo. 

El protagonista de la primera mitad, sin embargo, no fue ninguno de los mencionados. Los babazorros, tal y como pretendía el técnico madrileño, llevaron la batuta del encuentro desde el principio, aunque sin incomodar demasiado al portero visitante,  y buscaron con calma el error de su rival. Algo que, en concreto, ocurrió en el minuto 13, cuando Rioja, atento como nadie, aprovechó una mala cesión de Germán para plantarse solo ante el guardameta Parera y enviar el balón al fondo de la red con un ligero toque (1-0). 

Gracias a este gol, el Alavés pudo maniatar al Racing durante un rato y merodear así su meta, pero, con el transcurso de la contienda, la narrativa se fue complicando. Cuando los santanderinos, que llegaban en racha a Mendizorroza, averiguaron cómo superar la presión alta, y la superioridad en la medular, de los gasteiztarras, hicieron daño. Y no poco, además; primero Matheus Aiás, que apareció libre de marca en el punto de penalti, y después Pombo, cuyo disparó se marchó al larguero, avisaron a los locales de su peligro arriba.

Dicha capacidad ofensiva de la escuadra verdiblanca, fundamentada en triangulaciones rápidas y mucha verticalidad, no supieron detenerla los albiazules y, a falta de pocos minutos para el descanso, casi provoca el empate. Por fortuna, Sivera se transformó en gato y, con unos reflejos impresionantes, sacó con las piernas el tiro, envenenado por Maras, del mencionado Matheus. Una parada de mucho mérito del alicantino, quien, eso sí, fue precedida por otras acciones de mérito que encumbraron su actuación.

Lo curioso de la primera parte, de todas formas, fue que el Racing ofreció una imagen muy similar a la que se había podido ver del Alavés a domicilio en la primera vuelta. Pese a marcharse a los vestuarios por detrás en el marcador, y no contar durante bastantes minutos con el balón, los cántabros supieron adaptarse al guión del encuentro y, con sus armas, generaron mayor número de ocasiones, y bastante más claras, que su rival. Así, evidenciaron que su cambio de tendencia, con la llegada del nuevo entrenador, no había sido casualidad.

No obstante, ya en la segunda mitad, los visitantes, dispuestos a llevarse algún punto del Paseo de Cervantes, se vieron obligados a dar un paso más al frente y esto, en realidad, benefició al Glorioso. Con menos posesión, pero más capacidad para combinar en velocidad, los babazorros encontraron huecos en la zaga santanderina y, tras una ocasión de Abde y otra de Rioja, fue Salva Sevilla quien aumentó la diferencia en el marcador (2-0). Ahora bien, lo hizo desde los once metros, después de que Duarte provocase la pena máxima.

A partir de ese momento, ambos entrenadores movieron el banquillo y, lo que parecía un desenlace tranquilo para los locales, pudo complicarse más de lo debido por el arbitraje. Nada más saltar al césped, Rober vio la roja directa por golpear, con el interior y sin intención, a un rival y el Alavés tuvo que afrontar los últimos 15 minutos del tiempo reglamentario con un hombre menos. Afortunadamente, no le sirvió de mucho al Racing, pues Sylla sentenció la contienda por medio de una gran definición (3-0).