El Deportivo Alavés logró ayer una victoria fundamental. Y es que, como bien adelantó Javi Calleja en su comparecencia previa, el partido frente a los ilicitanos no era como otro cualquiera. El Glorioso y, además, asomar la cabeza fuera del descenso, donde había estado inmerso desde la primera jornada -incluso después de derrotar al Atlético-.
A sabiendas de esto, los pupilos del técnico babazorro cumplieron, todo gracias a la buena actuación defensiva y a un gol de Mamadou Loum, y consiguieron tres puntos que han provocado que la escuadra gasteiztarra abandone las posiciones rojas -independientemente de lo que haga hoy el Granada- tras el empate del Cádiz en Villarreal. En concreto, los del Paseo de Cervantes ocupan ahora el decimosexto puesto con nueve puntos (uno más que los gaditanos y dos más que los nazaríes).
Sin embargo, esta gran noticia estuvo acompañada de otra muy negativa. Tras un mal gesto en una acción fortuita, Fernando Pacheco tuvo que abandonar el terreno de juego por molestias en su tobillo derecho. El guardameta pacense intentó continuar sobre el césped, pero, una vez frío, tuvo que ser sustituido por Antonio Sivera.
A la espera
Ahora, el Alavés se mantiene a la espera de conocer el alcance de esa torcedura. El próximo compromiso liguero es el sábado (21.00 horas) en el Camp Nou y, si el extremeño no llega al choque, el portero alicantino deberá defender los intereses albiazules bajo los palos.
En este sentido, la última vez que Sivera jugó como titular, sin contar los amistosos de pretemporada, fue en la jornada 5 de este mismo curso. Aquel 18 de septiembre, en el derbi contra Osasuna, Pacheco no entró en la convocatoria y el futbolista de Jávea tuvo que colocarse los guantes a última hora para disputar un partido en el que encajó dos goles. Desde entonces, como es habitual, no volvió a jugar ningún minuto hasta la noche de ayer.