Vitoria - Tenía dieciocho años, el pelo rozando el rasurado y su piel mantenía su tonalidad original. El 15 de febrero de 2004 debutaba con la camiseta del Málaga, el equipo de su ciudad, un chavalín llamado Alexis Ruano. Joven promesa de La Rosaleda, internacional en categorías inferiores -fue campeón de Europa sub’19- y, por entonces, un lateral derecho de enorme proyección, al que Juande Ramos dio la alternativa. Trece años después, el gesto alegre en las fotografías es lo único que se mantiene invariable con el paso del tiempo. Su larga melena le hace reconocible desde hace temporadas -ahora alterna la coleta con el rubio pelo suelto- y su piel se ha teñido de infinitos tatuajes que le cubre el cuerpo desde la barbilla a los pies. Ahora es el más veterano en el vestuario del Deportivo Alavés y, a sus 32 años, el pasado sábado alcanzó los trescientos partidos en Primera División, una competición de la que no se ha despegado en todo este tiempo con la única excepción de un breve, y exitoso, paso por el Besiktas.

El malagueño, que a las órdenes de Gianni De Biasi ha regresado a sus orígenes como lateral derecho tras una larga etapa asentado como central, es uno de los futbolistas históricos que permanecen en activo en Primera. Solo quince jugadores acumulan más partidos ligueros que el malagueño, que es decimocuarto en minutos (25.058), el sexto con más tarjetas amarillas (103) y el segundo con más cartulinas rojas (11) de entre los que siguen militando en la máximo competición estatal. Toda una referencia a lo largo de casi tres lustros en los que casi siempre ha contado con la confianza de sus entrenadores para ser pieza importante en sus respectivos clubes.

La etapa de Alexis en el club de su ciudad fue bastante corta. Tras su estreno con tres partidos en la campaña 2003-04, la siguiente compaginó el primer equipo con el segundo hasta convertirse en pieza indiscutible en el primer plantel en el curso 2005-06 con veinte años. El descenso del club de La Rosaleda al final de dicha campaña y su necesidad de recaudar dinero condujo al traspaso del joven futbolista, enormemente prometedor por aquel entonces, al Getafe a cambio de algo más de dos millones de euros.

Apenas una temporada duró el malagueño en aquel histórico equipo que, dirigido por Bernd Schuster, alcanzó la final de la Copa del Rey en la que cayó ante el Sevilla. Un torneo con el que Alexis iniciaría su entonces particular idilio, ya que volvería a alcanzar el partido decisivo la siguiente temporada con el Valencia -entonces conquistando el título ante su exequipo y marcando además un gol- y repetiría de nuevo en 2017 ya con el Alavés.

Referente en Getafe En un solo año, el Getafe consiguió que su inversión en el central andaluz se multiplicase por tres y lo traspasó al Valencia por más de seis millones de euros. En Mestalla no acabó encontrando la continuidad ni dio el salto de calidad que se esperaba, así que solo cumplió la mitad de sus seis temporadas de contrato para cambiar la capital de Turia por Sevilla, un club que abonó alrededor de cinco millones de euros por su traspaso. Tampoco a orillas del Nervión encontró el malagueño la confianza definitiva y en su segunda campaña se fue cedido al Getafe, al que regresaría definitivamente en la campaña 2012-13 para convertirse en un referente en el Coliseum Alfonso Pérez.

Su única experiencia lejos de España fue breve, exitosa y dramática en lo personal. En Turquía conquistó la Liga con el Besiktas -que pagó más de un millón de euros por su traspaso-, pero vivió muy de cerca terremotos políticos como el intento de golpe de estado o diversos atentados que convirtieron el país en un estado de excepción en el que ni siquiera se podía salir de casa. Lejos de su familia y sin entender muchas de las cosas que pasaban a su alrededor, el malagueño buscó la salida dejando atrás la opción de jugar la Liga de Campeones para enrolarse en el recién ascendido proyecto de un Alavés que hubo de abonar 400.000 euros por su libertad.

En Vitoria comenzó siendo pieza muy importante para Mauricio Pellegrino para ir perdiendo relevancia con el correr de la temporada, pero de nuevo Luis Zubeldía apostó fuerte por él. Precisamente, el arranque de esta campaña ha sacado a la luz al Alexis más dubitativo, con graves fallos en defensa y el episodio por todos recordado de Barakaldo cuando agarró al árbitro del cuello. Y es que sangre caliente no le ha faltado nunca al malagueño, quien no rehúye ni el contacto con los rivales ni la discusión con los colegiados. Javi Cabello le relegó al banquillo, pero De Biasi le ha otorgado, por el momento, su confianza. Regresando a sus orígenes además, ya que ha vuelto al lateral derecho en el que despuntaba cuando era un chavalín de Málaga que ni siquiera podía soñar entonces con alcanzar un día los trescientos partidos que ya acumula en Primera División, una cifra que aún pretende incrementar.

Debut. Formado en el club de su ciudad, el Málaga, debutó con 18 años en el primer equipo el 15 de febrero de 2004.

Trayectoria. Tras su debut en la campaña 2003-04, la siguiente compaginó en el Málaga el primer equipo con el filial y al tercer curso ya se hizo con una plaza fija en Primera. A continuación, pasó un año en el Getafe, tres en el Valencia, uno y medio en el Sevilla, cuatro en Getafe, medio en el Besiktas y cumple su segunda campaña en el Alavés.

Palmarés. Ha ganado una Copa del Rey (Valencia) y ha disputado otras dos finales (Getafe y Alavés) y fue campeón de Turquía con el Besiktas.