Lo inusual de los actuales registros meteorológicos se hace evidente con un simple vistazo a los embalses del sistema del Zadorra. Tanto Ullibarri-Gamboa como Urrunaga están lejos de rebosar en pleno invierno. Los meses previos no han contribuido al llenado debido a la escasez de precipitaciones y a unas estaciones que han visto difuminadas sus habituales características en materia de lluvias y de temperaturas debido al manido cambio climático. Todo ello ayuda a que la actual situación hídrica tras el primer temporal serio de invierno sea de tranquilidad, pese al incremento sustancial que han experimentado cuencas como la del Zadorra.

Según los registros consultados por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA y ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Ebro, que es la institución encargada de la gestión hídrica del sistema al que tributa el Zadorra, este ha experimentado un aumento considerable de su caudal tras el paso de las borrascas Gerard y Fien y de la nevada que cuajó en gran parte del territorio histórico durante los pasados miércoles y jueves.

No en vano, una comparativa de los datos indica que ayer el río bajaba por Abetxuko cargado con 32,21 metros cúbicos por segundo a las 8.45 horas. Ese mismo registro estaba situado en poco más de 6 el día 19 y en 6,94 el día 18 a la misma hora. El incremento es evidente, pero se queda lejos de los topes que activan las alarmas.

Según la graduación del nivel de las emergencias que gestiona el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, el aviso amarillo, intermedio para definir situaciones meteorológicas adversas, se activa cuando el río llega en el punto citado a un nivel de 3,3 metros. La alerta naranja, penúltima en la gradación, se pone en marcha cuando el Zadorra llega a un nivel de 4. Y alerta roja, cuando llega a 5. En este episodio de mal tiempo, el tope del río se quedó en 2,42 a las 8.45 horas del día 20.

Desde luego, nada que ver con registros como los obtenidos el 11 de diciembre de 2021, cuando el observatorio dispuesto en la ribera observaba el paso de 126 metros cúbicos por segundo y un nivel de 5,54 metros o los 109 metros cúbicos por segundo y el nivel de 4,97 metros vividos el 12 de abril de 2018, que son las dos fechas que han marcado los topes del río en la última década.

La CHE certifica con datos la tendencia decreciente en caudales y nivel del Zadorra y su cuenca tras los picos llegados con la primera nevada del año. Además, las perspectivas no avanzan ningún apunte de riesgo en los próximos días. “No hay anomalías”, indican portavoces de URA, Agencia Vasca del Agua. Las mismas fuentes señalan que los pantanos de Ullibarri-Gamboa y Urrunaga están lejos de la cota de aliviadero, al encontrarse aún en el 62,87% y al 68%, respectivamente, lejos de medias típicas de un mes de enero tipo. Aparte, las actuales condiciones, con la persistencia de frío y heladas, facilitarán que la nieve caída en los sistemas montañosos que circundan ambos embalses se derrita progresivamente, facilitando un deshielo controlado.