Propuestas para que “nadie se quede atrás”

- La experiencia acumulada durante este año largo de pandemia en los países más vulnerables ha servido a la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi para elaborar un decálogo de propuestas que tratan de “situar a las personas en el centro” y que “nadie se quede atrás” en el difícil contexto actual.

Garantizar el acceso universal y gratuito a la vacuna contra el covid-19 y a medicamentos y tratamientos para paliar las consecuencias de la enfermedad es una de las iniciativas más relevantes que ha puesto sobre la mesa el colectivo, en medio de una batalla a escala mundial por acaparar los suministros.

Sin embargo, si esta crisis sanitaria ha dejado “un gran aprendizaje” a las ONG vascas, ése no es otro que la necesidad de que estos estados necesitan sin excepción “unos servicios esenciales públicos de calidad”, según apunta la presidenta de la coordinadora, Sofía Marroquín.

“Si dejamos los servicios básicos como la salud o la educación de manos del mercado, dejaremos fuera a millones de personas de todo el mundo. Hablamos de derechos, no de privilegios”, enfatiza Marroquín. Se trata, según la presidenta, de “inversiones de futuro” capaces de garantizar “el pleno desarrollo de las sociedades”. “Esto hay que hacerlo aquí, pero también en otros muchos lugares”, apunta .

Junto a esta propuesta, la coordinadora insta también a “revalorizar los cuidados”, un trabajo “invisibilizado e imprescindible” para el funcionamiento de las restantes dimensiones económicas y con un papel feminizado. La entidad exige asimismo “reconocer y ampliar los derechos laborales de las personas”, cuyo trabajo es “indispensable para el sostenimiento de la vida”, así como “reactivar la economía primando la justicia social y la transición ecológica”. “Llamamos a sentar las bases de una transición ecológica justa que defienda la distribución equitativa de la riqueza, frene la economía especulativa y persiga el fraude fiscal”, remarca la coordinadora.

Por otra parte, la organización pide que no se olviden “otros desafíos urgentes” a los que se sigue enfrentando la humanidad, como los conflictos armados, el hambre, la emergencia climática o la situación de las personas refugiadas, y asegurar también “que todas las políticas públicas incluyan la perspectiva de género. “Tenemos que asegurar que la recuperación incluya a las mujeres, porque si no no será completa”, remarca Marroquín.

El decálogo se completa con la necesidad de “fortalecer el tejido social y la sociedad civil organizada”, con la importancia de “garantizar las libertades y los derechos de todas las personas” y con la apuesta por “un marco internacional justo y respetuoso con los derechos humanos”.