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La madre del Tempranillo, superviviente de la catástrofe

Localizan cepas de la variedad Benedicto, considerada la madre del tempranillo, en viñas de la Familia Luis Cañas, en la localidad de Villabuena de Álava, junto a otras minoritarias que también se han podido identificar

La madre del Tempranillo, superviviente de la catástrofeP.J.P.

n un estudio llevado a cabo por iniciativa de Familia Luis Cañas, en Villabuena de Álava, con la colaboración del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), se han descubierto cepas de variedades de uva que se plantaban en la comarca de Rioja Alavesa en tiempos prefiloxéricos, o como consecuencia de la replantación postfiloxérica, en los primerísimos años del siglo XX. El hallazgo tuvo lugar en el viñedo de esta familia riojanoalavesa y el hecho ha sido calificado como una historia de cepas supervivientes.

En el año 1912, el ingeniero García de los Salmones contabilizaba 44 variedades cultivadas en el territorio de la actual Denominación de Origen Calificada Rioja. Hoy en día las variedades permitidas en la D.O. son 14: Tempranillo, garnacha, graciano, mazuelo y maturana en uva tinta, y viura, malvasía, garnacha, maturana, turruntés, chardonnay, sauvignon blanc y verdejo, en blanca. Sin embargo, en la práctica, se puede hablar de monocultivo de tempranillo, procedente de un número muy reducido de clones comerciales. A eso, los técnicos lo llaman "erosión genética".

Existen sin embargo reductos que se han quedado al margen de la modernización del viñedo, en donde se mantienen viñas viejas, y la posibilidad de encontrar auténticos dinosaurios vitícolas. De hecho, conservar y proteger esos viñedos viejos es un objetivo tanto del Consejo Regulador como de la Diputación Foral de Álava que cuenta con un programa de ayudas económicas para mantenerlos. Y también de los vitivinicultores más comprometidos con la calidad de la planta y del vino. Ese es el caso de la Familia Luis Cañas (Bodegas Luis Cañas y Bodegas Amaren, en Rioja Alavesa, y Dominio de Cair, en Ribera de Duero).

El equipo técnico de ambas bodegas llevaba varios años marcando en esas viñas viejas diferentes variedades, que no se identificaban con las variedades más conocidas. Por ello, presentó al ICVV, en el año 2016, una serie de muestras de material vegetal recogido en sus viñas, con el fin de identificar genéticamente las plantas de las cuales provenían. La rareza que mostraba este muestreo despertó la atención del equipo de Javier Ibáñez del ICVV, quien propuso un trabajo de colaboración con la bodega. Juntos, emprenderían un proyecto de identificación y recuperación varietal, que culminará en el año 2021 con la plantación de un viñedo experimental de conservación de germoplasma.

En vista de la relevancia de las primeras muestras presentadas y del potencial del viñedo viejo de la familia, se definieron dos grandes ejes de estudio.

Por un lado, se han registrado cepas absolutamente minoritarias en la DOCa Rioja, y que sin embargo se plantaban en estos pueblos de Rioja Alavesa hace décadas o siglos. Consta de cinco grandes grupos. El primero se ha reservado para la variedad Benedicto. De gran importancia histórica, tiene además un potencial enológico y vitícola de gran interés. Se trata de la "madre del tempranillo", como la califican los técnicos e investigadores, una variedad insignia de la comarca y de otras muchas zonas vitivinícolas de nuestro país. Se conocía la existencia de alguna cepa aislada por Madrid, Aragón y Navarra. En este caso, el equipo de viticultura de Familia Luis Cañas ha podido localizar 37 cepas hasta ahora, distribuidas en una veintena de parcelas. Con la cosecha 2019, se han elaborado la primeras 17 botellas de Benedicto, y quién sabe si éstas son las pioneras de la historia.

El segundo grupo son variedades nacionales cultivadas en otras DOs, y que aún estando en Rioja Alavesa de forma tradicional, no están acogidas en la DOCa Rioja como: Bobal, Mencía, Verdejo, Xarello, Tinta Velasco, Palomino, Parellada€

El tercero con variedades minoritarias, muchas veces olvidadas, algunas de las cuales tienen un potencial altísimo, como: Garró, Marufo, Morate, Cadrete, Hebén, Salvador, Aramón, Castellana blanca, Santa Magdalena, Rojal tinta€

El cuarto grupo de plantas localizadas son variedades foráneas conocidas, pero que tienen la peculiaridad de haber sido plantadas hace casi 120 años, por lo que difieren de lo que se ofrece a nivel comercial hoy en día. Son: Malbec, Cabernet-Sauvignon, Grand Noir, Petit Bouschet, Alicante Bouschet y Clairette blanche.

Y para el final se ha dejado un cajón de sastre, es decir, un pequeño grupo que todavía no se ha podido identificar genéticamente, pero que los técnicos siguen analizando.

Aprovechando el intenso trabajo de campo que se ha desarrollado en estos meses, el equipo de Luis Cañas y los técnicos del instituto han procedido a la selección de clones de variedades tradicionales, identificando biotipos de viejos tempranillos, garnachas y gracianos, con características muy diferentes a los clones comerciales actuales. Al final, el resultado ha sido la recolección de 167 biotipos de Tempranillo, 53 de Graciano, 34 de Garnacha, 24 de Viura, 21 de Malvasía, 14 de Bobal y 5 de Calagraño.

El primero y más urgente de los objetivos es frenar la erosión genética, e incluso iniciar un proceso de reversión, plantando un viñedo joven con todo el material vegetal recogido. Junto con el ICVV y Familia Luis Cañas, el vivero Vitis Navarra es partner del proyecto, y se encarga de reproducir vegetativamente todo este material, de cara a preparar una nueva plantación.

Este viñedo será realidad en la primavera del 2021, y se proyecta como el banco de germoplasma más completo de la DOCa Rioja, con una especialización clara en material vegetal autóctono de la zona central de Rioja Alavesa.

Más allá de la colección botánica conseguida, Familia Luis Cañas pretende testear el potencial vitícola y enológico de estas variedades olvidadas. Pensemos que estas variedades y clones son muy diferentes: en el tipo de aroma, el color, los taninos, azúcar, acidez, potasio, ciclo de maduración, resistencia a plagas y enfermedades, necesidades hídricas, vigor€ Y pueden ser una alternativa para adaptar el viñedo al clima del futuro próximo, por ejemplo.