- El Consorcio de aguas de Ayala, Kantauriko Urkidetza (CAKU), ya tiene el sí del Ayuntamiento de Amurrio a su disolución para, después, proceder a incorporarse al ente alavés, Urbide, auspiciado por la Diputación Foral de Álava, con el objetivo de gestionar "de forma conjunta, eficiente y sostenible" el ciclo integral del agua en toda la provincia. A día de hoy, 76 de las 350 entidades gestoras existentes en el territorio se han incorporado a este consorcio, faltando la más significativa de todas ellas; es decir, Amvisa, la gestora del agua en Vitoria-Gasteiz.
El paso dado por el Consorcio ayalés (integrado por los ayuntamientos de Llodio, Amurrio, Artziniega y Ayala, así como veinte concejos de Ayala y cuatro de Amurrio, que implican el 97% de la población de la comarca o lo que es lo mismo más de 32.000 habitantes) viene dado por la llegada de las depuradoras de aguas residuales, prevista para 2025, y la imposibilidad de hacer frente al costoso mantenimiento de estas infraestructuras (estimado en cuatro millones anuales), que deberá revertir de forma integra en los recibos de los contribuyentes, en base a la normativa marco europea. Es decir, el CAKU no tendrá más remedio que aumentar de forma ostensible las tarifas actuales para poder cubrir el coste integral del agua que requiere Europa y "eso es algo inviable, sin olvidar que ya tenemos encima de la mesa dos expedientes sancionadores de Europa por no tener saneada la cuenca", explicó ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el presidente de la entidad comarcal, Julen Ibarrola.
En este sentido -tras descartarse la opción de seguir un criterio de cuenca y, por cercanía, pedir su adhesión a Bizkaia, ya que les exigían asumir el citado coste y no les solventaba el problema-, solo quedaba la posibilidad de hacer piña con Álava, a través de Urbide, aunque no todos los afectados son de la misma opinión. De hecho, en el pleno del jueves a la tarde en Amurrio la decisión salió adelante con los votos de PNV y PSE, mientras que EH Bildu y Orain Amurrio se posicionaron en contra; mientras que ayer a la mañana, Artziniega (donde gobierna EH Bildu) optó por solicitar al CAKU que posponga, al menos al primer semestre de 2021, la decisión "de manera que cada entidad pueda llevar a cabo un análisis correcto y no apresurado", según aclaró su alcalde, Joseba Vivanco.
Y es que el plazo dado por el Consorcio ayalés para que las entidades que conforman el Consorcio se pronuncien al respecto vencerá el lunes (30 de noviembre), de cara a llevar el asunto a una asamblea general Extraordinaria del CAKU, fijada para el 10 de diciembre. Para el alcalde de Amurrio, Txerra Molinuevo, "la incorporación del Ayuntamiento al Consorcio de Aguas Urbide permitirá afrontar con garantías los cambios que se generarán con las nuevas depuradoras que ya están en construcción y que, por las características del servicio, solo podremos gestionarlas con garantías sumándonos a un consorcio mayor como es Urbide. La adhesión aprobada ayer permitirá que nuestras vecinas y vecinos no vean incrementado el precio del agua".
De hecho, añadió que "este nuevo modelo de gestión del agua busca unir fuerzas en la gestión del abastecimiento, potabilización, alcantarillado y depuración del agua; además de mejorar el control de las infraestructuras hidráulicas, mediante una gestión profesionalizada que, entre otras ventajas, reducirá los vertidos al río Nervión y sus arroyos, y tendrá mayor capacidad de respuesta ante posibles imprevistos, en un contexto que permitirá garantizar el cumplimiento de la normativa europea en el ámbito medioambiental", subrayó.
Para Vivanco, en cambio, "las prisas no están justificadas" y más cuando se trata de disolver un consorcio propio para pasar a englobar otro de ámbito territorial alavés, "que a día de hoy ni siquiera se puede decir que funcione como tal o dé servicio a una población mínimamente aceptable", argumentó. Sí entiende, en cambio, la necesidad de una reflexión estratégica sobre el presente y futuro del CAKU, y por ello, pide tiempo para llevar a cabo un análisis sosegado, dar conocimiento público de ello y tomar una decisión que trate de ser acertada.
En Llodio -que a día de hoy no tiene cedida la gestión del ciclo integral del agua al CAKU, aunque sí está en el consorcio ayalés- se da por hecho que, tal y como adelantó su alcalde, Ander Añibarro a este diario, hagan una especie de dos en uno; es decir, adherirse al CAKU para, de forma conjunta con el resto del valle, pasar a Urbide. Okondo, por su parte, es el único municipio de la Cuadrilla de Ayala que, en materia de aguas, camina de forma independiente; mientras que en el Ayuntamiento de Ayala, donde gobierna el PNV con mayoría absoluta, es lógico pensar que la decisión será la misma que en Amurrio.
Quedaría por saberse la opinión de cada concejo, pero "la adhesión a Urbide les garantiza una demanda histórica: representatividad, y creo que el sí será generalizado", opina Ibarrola, que tampoco pasa por alto el cumplimiento de la Ley de Racionalización estatal que obliga a los consorcios a estar adscritos a alguna administración pública que, en el caso de adherirse a Urbide, sí cumplirían y ahora no. "Hace unos años se intentó con Llodio y no fue posible, pero Urbide es foral y cumpliríamos la legalidad; sin olvidar que también podríamos dotarnos del personal técnico capacitado para gestionar la tecnología de las nuevas depuradoras, nada que ver con nuestras infraestructuras actuales", subraya el presidente del CAKU.
Un tema que, a nadie se le escapa, también se traduce en dinero y que pone sobre la mesa, nuevamente, si Urbide tendrá la masa crítica suficiente para hacer frente a los gastos que supondrá gestionar el ciclo integral del agua de todo el territorio. "La idea es que cada alavés pague exactamente lo mismo por metro cúbico y que sea una tarifa asequible, no mayor a la de Amvisa y similar a la que tenemos hoy día en el CAKU, y que el déficit lo asuma Diputación. Sería todo gestión pública y, en este sentido, lo mejor para el futuro del agua en el territorio es que también se logre la adhesión de la capital alavesa", matizó Molinuevo. El camino por recorrer es aún largo.
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Son los que requerirán al año para mantenimiento las nuevas EDAR de Ayala, que entrarán en funcionamiento durante el año 2025.