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Navidades al raso

Cerca de 25 personas viven en la calle en Vitoria según el último censo. En Euskadi 435 personas duermen al raso durante el año. A lo largo de este año se realizará un nuevo estudio

Navidades al raso

VITORIA - Ana se esconde bajo este nombre ficticio porque aunque lleva tres años haciendo de la calle su hogar, todavía siente vergüenza, dice, de tener que pedir dinero. Con una vida tranquila, un negocio, su piso y su novio, su vida dio un revés hace tres años cuando el destino, caprichoso en ocasiones, le apartó de su pareja sentimental y le trajo consigo una cadena de mala suerte. "Vendimos el piso pero me quedé solo con cuatro mil euros, el resto se lo quedó el banco y mi pareja, que defendió que no me correspondía más porque llevaba años sin pagar facturas ya que mi negocio estaba yendo mal", recuerda. Con ese dinero saldó una parte de sus deudas pero ni tan siquiera logró poner sus cuentas a cero. "No tenía para más... era imposible cogerme un piso en alquiler..." así que, "hasta que saliera del bache" decidió dormir "unos días" en su propio comercio pero, lo peor todavía estaba por llegar. Unos meses después bajó la persiana de su establecimiento, "y entonces me vi en la calle". El caso de Ana no es aislado. Con el cielo como techo y el asfalto como hogar, cerca de 25 personas viven a la intemperie en las calles de Vitoria y hasta 435 en Euskadi.

Y es que estas fechas ponen de manifiesto, más si cabe, el día a día de muchas personas, su cruda realidad: la de aquellos que peor lo están pasando. Concretamente en Álava son 26 las personas que duermen al raso -dos en Amurrio y 24 en la ciudad-, según el último estudio sobre la situación de las personas en situación de exclusión residencial grave en Euskadi, elaborado por el Gobierno Vasco, las tres Diputaciones forales y los Ayuntamientos de las tres capitales, así como de la Asociación de Municipios vascos Eudel. Por territorios, el vizcaíno se lleva la peor parte con 264 personas que carecen de techo donde cobijarse, sólo en Bilbao 211 personas -199 hombres, 8 mujeres y 4 sin determinar- no tienen dónde protegerse del frío y en Gipuzkoa esta situación se repite con 145 transeúntes, de los cuales 106 están ubicados en Donostia. Por género, el hombre es el más castigado, según los datos, ya que en Álava de las 26 personas que no tienen un hogar 22 son hombres y en Gipuzkoa de las 145 personas sin techo, 122 corresponden al género masculino, 11 mujeres y 12 personas sin determinar -se trata de personas que se hallaban dormidas el día que se realizó el estudio por lo que no determinaron su sexo-. Según se explica en el mismo estudio, los datos de evolución ponen de manifiesto que se ha producido un aumento "importante" de personas localizadas en la calle. De hecho, entre 2016 y 2018 el número total de personas contabilizadas ha pasado de 274 a 435. El motivo, según detallan, se debe al incremento registrado en Bilbao -de 112 personas en 2016 se ha pasado a 211 en dos años- y Donostia-48 en 2016 y 106 en el último estudio-. Por suerte, ha descendido el número de sintechos registrado en la capital alavesa. Son seis personas menos que hace cuatro años.

Más casos El caso de Ana no es aislado. Basta con darse una vuelta por los alrededores de la ciudad para comprobar que tras carteles donde se pide ayuda y unas monedas se esconden distintas caras, diferentes nombres y apellidos que comparten unas historias similares, con un pasado diferente, pero un presente en común. A esta lista de personas sin techo se unen nuevos casos. Desgraciadamente, desde hace un año, Antonio -nombre ficticio- también forma parte del paisaje urbano de la ciudad. Situado en un barrio pide a la gente de este barrio una ayuda para sobrevivir, aunque confiesa que cambia de ubicación para "no abusar de las mismas personas". Desde hace un año cuelga de él un cartel donde pide unas monedas, comida o trabajo. Pero, en realidad, su mayor deseo es, precisamente, un trabajo que le saque de la ruina en la que se encuentra inmerso. Procedente de Andalucía, llegó hace unos años a la capital alavesa en busca de nuevas oportunidades pero no remontó su situación; con el paso de los años empeoró. Según relata, al principio sintió desesperación. "No te imaginas tener que pedir dinero nunca" pero la falta de ingresos económicos "me lleva a esto". Abrigado y cobijado de pies a cabeza con varias chaquetas que los transeúntes le han regalado, intenta protegerse del duro invierno durante las horas en las que pide ayuda y también durante la noche. "Ojalá este año salga de esto", pide.

Desde el Ayuntamiento de Vitoria, los educadores sociales de calle trabajan para detectar y descubrir cada caso nuevo de mendicidad en la ciudad, trabajo que también se realiza en el resto del territorio. Estos educadores tienen como objetivo explicar y ayudar a los sintechos a beneficiarse de los recursos que se ponen a disposición de los más necesitados. Se trata de "facilitar el alojamiento y manutención a aquellas personas y familias que por distintas circunstancias se encuentran en situación o riesgo de exclusión social o residencial de manera provisional o prolongada en el tiempo", explican desde el Consistorio. De hecho, Vitoria cuenta con un centro municipal de Casa Abierta que dispone de diez plazas de alojamiento con manutención, seis plazas adicionales de manutención y cuatro plazas en una vivienda anexa a este centro. Los más necesitados también tienen a su disposición un centro municipal de Noche Aterpe. Este centro está destinado para la acogida nocturna y cuenta con 30 plazas, 20 de ellas en habitación y diez en sala. Este centro se cierra por la mañana y se habilita el centro municipal de día Estrada. Desde el Ayuntamiento también ponen a disposición los pisos de acogida para familias que, por causas puntuales o que por diferentes motivos carecen de cobijo y presentan dificultad para acceder a una vivienda y los pisos de emergencia. Este último recurso proporciona un alojamiento temporal a personas y familias hasta proceder a hacer uso de su vivienda habitual.

Sin techo. En Álava cerca de 26 personas han pasado estas fiestas al raso, con el cielo como techo y el asfalto como hogar, 26 personas que no tienen casa y pasan el gélido invierno en la calle mientras piden unas monedas a los transeúntes.

Los afectados. Por género, el hombre se lleva la peor parte. Sólo en Álava de las 26 personas que no tienen un hogar, 22 corresponden al género masculino. En Gipuzkoa de las 145 personas, 122 son hombres y en Bizkaia de los 211 sintechos 199 son varones.

435

En Euskadi 435 personas duermen a la intemperie sin tener un hogar donde cobijarse. A lo largo de este año, el Gobierno Vasco junto con los tres Ayuntamientos de Vitoria, Bilbao y Donostia, las Diputaciones Forales, y la Asociación de Municipios Eudel realizará un nuevo estudio para conocer los nuevos datos de las personas que están en situación de exclusión residencial grave.