vitoria - El barrio gasteiztarra de Abetxuko vivió ayer por la mañana un nuevo intento de okupación protagonizado por un grupo de personas llegadas de Bilbao, pertenecientes al clan gitano de los pichis. El asalto a una de las casas vacías de la zona se frustró finalmente gracias a la certera intervención de la Ertzaintza, que abortó rápidamente la intentona. La policía autonómica mantiene operativo un dispositivo de vigilancia sobre esta zona de la ciudad y los agentes aseguran que el de ayer no ha sido el único conato de acceder a viviendas del barrio por parte de esta familia. “Se han impedido varios asaltos a lo largo de las últimas semanas”, reconocen.
La clave, según señalan los propios ertzainas, es actuar “con mucha rapidez”. En caso contrario, como ya sucediera el pasado verano con los Manzanares Cortés, las autoridades ya no pueden desalojar la vivienda, los propietarios se ven obligados a denunciar, los juzgados entran en juego y el proceso se dilata enormemente. En este caso, la vivienda elegida por los asaltantes fue el número 62 de la calle Los Tilos, muy cerca del número 48 de la calle de El Cristo donde residen los Manzanares Cortés en régimen de alquiler.
Los vecinos llevan meses denunciando que los pichis están tratando de acceder ilegalmente a algunas casas vacías de Abetxuko, por lo que muchos de los residentes vigilan cualquier movimiento sospechoso. Desde un principio se explicó que los integrantes del clan subían a la azotea de la casa de Arantxa -el inmueble que ocuparon inicialmente en verano y del que tuvieron que salir por orden judicial- y que sacaban fotografías de los alrededores con los teléfonos móviles para estudiar la manera de ocupar viviendas aledañas.
Los residentes están convencidos de que el clan quiere llevar a cabo un “desembarco” masivo en Abetxuko debido a que en el barrio bilbaíno de Ollerías, donde residían tradicionalmente, hay demasiada tensión. Los vecinos temen que su llegada esté acompañada de más delincuencia y que originen un gueto. - A. Burdain