GASTEIZ. A principios de diciembre la familia de etnia gitana abandonó la casa que ocupaba desde finales de agosto en este barrio y se instaló en una al lado, con un contrato de alquiler que le ha permitido empadronarse en la ciudad.

Durante el tiempo que estuvieron de forma ilegal en la primera casa, vecinos de Abetxuko secundaron manifestaciones diarias para protestar por esa ocupación e incluso el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, se reunió con las partes y visitó el barrio.

En una nota de prensa remitida hoy a los medios de comunicación la familia Manzanares Cortés y SOS Racismo de Álava afirman que desde el pasado 29 de noviembre, fecha de su empadronamiento en la vivienda alquilada, "nada o muy poco" ha cambiado ya que sigue habiendo actividades "casi diarias" por parte de un sector de vecinos frente a su domicilio, tratando de coaccionarles, presionarles y convencerlos de que no son "bienvenidos".

Así, denuncian "tamborradas casi diarias, insultos, vejaciones y coacciones inaceptables" en "escraches" que "no decaen" y que buscan "impedir por cualquier medio que una familia vasca resida donde decida de modo libre y voluntario".

La familia insiste en que no hay "justificación alguna que avale la actitud de obstrucción vecinal en Abetxuko" hacia su "estancia y presencia en términos de legalidad" y califica de "inaceptable" el acoso que sufren tanto ellos como la dueña de la vivienda que tienen alquilada.

Añade que las sospechas y acusaciones de "delincuentes" se dirimen y resuelven en los juzgados y hacen un llamamiento público a la "cordura" y al "sentido común" de todas la partes.

Finalmente reclaman que acabe el "acoso" contra ellos, que se pongan a cero en los juzgados las denuncias y contradenuncias que se estén tramitando en los tribunales y proponen aceptar una mediación arbitral para ello.