vitoria - El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz procederá hoy a la inauguración del Espacio Martin Ttipia/Martin Ttipia Lekua, situado en las traseras del edificio municipal de la calle Fray Zacarías 3, sobre las murallas navarras de la antigua villa de Nova Victoria. La nueva denominación de este lugar se produce por iniciativa de la asociación cultural Martin Ttipia, la cual realizó el año 2014 una propuesta al Consistorio para que se recordase en algún lugar del Casco Viejo a este personaje, Martin Ttipia, en representación de los vitorianos que defendieron la villa del asedio de los castellanos entre los años 1199 y 1200. La propuesta fue aprobada, con la abstención del PP, pero al ser la denominación de calles y plazas potestad del alcalde, entonces Javier Maroto, ésta quedó aparcada. La asociación retomó la propuesta con el cambio de corporación, tras las elecciones de mayo de 2015, siendo acogida favorablemente, con los resultados que hoy se hacen realidad.

En palabras del presidente de Martin Ttipia Kultur Elkartea, Íñigo González Ruiz de Larramendi, “se pretende con esta iniciativa hacer presente ante la ciudadanía de Vitoria-Gasteiz y de quienes nos visitan, un hecho histórico que marcó el devenir de nuestra ciudad y que, sin embargo, es muy poco conocido: la tenaz resistencia de los vitorianos ante el cerco castellano del año 1200, con el tenente navarro Martin Ttipia a la cabeza”.

El año 1199, cuando aún no habían sido recogidas las cosechas, un gran ejército castellano hizo que los vitorianos se encerrasen al refugio de sus murallas. Los atacantes esperaban una rápida victoria, pero los sitiados resistieron con eficacia el asalto. Ante esta situación, el rey castellano, Alfonso VIII, optó por ganar tiempo mientras empleaba a sus hombres en la conquista de la Navarra occidental. Los vitorianos esperaban la ayuda de su rey, Sancho VII el Fuerte, pero ésta no llegaba, ya que el rey de Navarra se encontraba en Al-Andalus, gestionando precisamente ayuda, en tropas o en dinero, para poder hacer frente a un ataque de su belicoso vecino castellano. Los vitorianos, al borde de la extenuación tras meses de asedio, solicitaron que se permitiera la salida de una comisión para trasladarse a Sevilla a hablar con su rey. Así se hizo, de manera que Sancho VII, ante la imposibilidad de socorrer a su villa de Vitoria, no pudo más que dar permiso a los vitorianos para que se rindiesen, lo que ocurrió a comienzos de la primavera del año 1200, tras nueve meses de asedio.

El rey Sancho VI el Sabio, padre y predecesor de Sancho VII, había dado Fuero a la antigua aldea de Gasteiz, con el nombre de Nova Victoria, el año 1181. Tal fundación se inscribía en la importante labor política de aquel monarca para estructurar políticamente el Reino tras la firma con el rey castellano de un tratado por el que se delimitaban las fronteras entre ambos reinos. Dicho tratado fue consecuencia del laudo arbitral emitido en 1177 en Londres por el rey de Inglaterra, Enrique II Plantagenet. Alfonso VIII de Castilla contravino con su invasión de la Navarra occidental tanto el tratado, como el anterior de 1127, conocido como las Paces de Támara, entre los reyes Alfonso VII de Castilla y Alfonso el Batallador de Pamplona y Aragón. Es de resaltar que en las alegaciones previas al laudo que los representantes de ambos reinos hicieron en Londres, los castellanos aportaron sus conquistas, mientras que los navarros basaron las suyas “en la fidelidad probada de sus moradores naturales”.

Sancho VI, consciente de que la estabilidad del Estado navarro pasaba por el control de la nobleza, dio distintos fueros de villazgo, entre ellos, en 1181, el de Nova Victoria sobre la aldea de Gasteiz. Paralelamente distribuyó el territorio en tenencias, una de las cuales fue precisamente Vitoria. Su hijo y sucesor, Sancho VII el Fuerte estuvo muy unido a Vitoria. Poseía un palacio en las afueras de la villa, cuya propiedad conservó tras la conquista castellana. Al este de Vitoria, entre Arkaia y Otazu, existió una aldea, llamada Sarrikuri, donde se dice que antaño se cultivaban viñas y el vino se enviaba al rey de Navarra y luego, tras la conquista castellana, al Concejo de Vitoria. En 1225 Sancho VII el Fuerte cedió a la orden de Santo Domingo su antigua casa fuerte de Vitoria, donde éstos instalaron su primera comunidad, fundada por fray Pedro de Ochoa en 1235. Junto a la torre había una ermita, con la advocación de Santa Lucía, que les sirvió temporalmente de iglesia.

La villa de Vitoria era la plaza más importante de la Navarra occidental, también conocida como Navarra marítima, que ese año de 1200 fue anexionada por Castilla, a excepción de la Sonsierra de Navarra, hoy denominada Rioja Alavesa, que permaneció dentro del Reino de Navarra hasta el año 1463.

Martin Ttipia Martin Ttipia era el tenente de Vitoria, algo así como el gobernador de la villa y su comarca, cuando en los primeros días del mes de junio de 1199 un gran ejército castellano remontó el valle del Zadorra. El cargo de los tenentes no era ni vitalicio ni, mucho menos, hereditario. Eran funcionarios del Estado. Antes el gobierno, concretamente en lo que se refiere a Álava, estaba en manos del conde de Álava, un cargo que tampoco era hereditario, sino electivo, como corresponde al derecho pirenaico, por el que se regía el Reino. El último conde de Álava fue Ioan López de Gebara, al que sucedió en 1177 Diego López, ya como tenente. La tenencia de Álava, que llegaba hasta la costa, fue luego subdividida en otras, creándose las de Zaitegi, Atxorrotz, Arluzea, Portilla y Vitoria, encomendada en 1181 a Pedro Ramírez. Se encuentra a Martin Ttipia como tenente de Vitoria en 1198. No se sabe mucho sobre él, su mismo apellido, Ttipia, el pequeño, parece más un apodo que un auténtico apellido. Al parecer era natural de Sangüesa. Tras la toma de Vitoria fue tenente en Mendigorria, Azagra, Miranda de Arga y Milagro. Algunas fuentes lo sitúan también en Donibane Garazi. Lo cierto es que su nombre deja de aparecer en la documentación a partir de marzo de 1211.

Estos acontecimientos fueron novelados por el escritor Pello Guerra en su obra Vitoria, asedio al Reino de Navarra. En ella, destaca el papel desempeñado por Ttipia y por todos los vitorianos, resaltando que su resistencia, durante nueve meses, al mayor ejército de la península ibérica supuso una impresionante demostración de lealtad hacia el Reino de Navarra. Pello Guerra ha manifestado el asombro que le causa que esa muestra de heroísmo haya sido olvidada sistemáticamente, ya que, en sus palabras, “por una parte, recuerda el titánico esfuerzo de los vitorianos por seguir siendo navarros y, por otra, pone en evidencia de una manera dramática que hubo una conquista a sangre y fuego por parte de Castilla”.

Otro escritor, Javier Díaz Húder hace a Martín Ttipia protagonista de su novela, Un rey de extraña nación, en la que le sitúa hacia el año 1215 en la corte del duque Teobaldo de Champagne, en el contexto de la cruzada contra los cátaros y la sucesión del reino de Navarra.

La información acerca de Martín Ttipia no es abundante. Por ello, la asociación que lleva su nombre se propuso como objetivo la investigación sobre este personaje, además de la dedicatoria de un espacio a su memoria, que hoy se ve culminada. Esta asociación cultural surgió de la inquietud de un grupo de alaveses convencidos de que la identidad de un pueblo, además de en su lengua y en su patrimonio, material o inmaterial, natural o arquitectónico, está en su memoria histórica. Martin Ttipia Kultur Elkartea se dedica al estudio y la difusión de la historia de Álava, en particular en su relación con la historia de Navarra, así como a la puesta en valor del patrimonio alavés, tanto material como inmaterial.