vitoria - El tiempo pasa volando. También sobre raíles. Hace seis años y medio que el tranvía empezó a funcionar, conectando primero Ibaiondo y más adelante Abetxuko con el centro. Un éxito. Pero ahí quedó todo. La ampliación a otras zonas de la ciudad, tantas veces anunciadas, se fue posponiendo por distintas razones, como la falta de recursos a cuenta de la crisis, la negativa del Ejecutivo foral de Javier de Andrés a volver a poner un solo euro en una infraestructura que no considera su competencia o los choques entre siglas por la definición del trazado. Y así hemos llegado a otra precampaña electoral. Periodo en el que las excusas tienen que dar paso a compromisos. Y ayer los nacionalistas lanzaron el suyo desde la sede de la Virgen Blanca, con la presencia del candidato a la Alcaldía de Vitoria, Gorka Urtaran, el aspirante a diputado general, Ramiro González, y el presidente del partido, Andoni Ortuzar. El acto a tres fue una manera visual de afianzar un mensaje: que el PNV apuesta “por Gasteiz y una infraestructura estratégica como es el metro ligero desde todas las instituciones”. Así que si mandaran aquí, como ya lo hacen en el Gobierno Vasco, que es quien pone el grueso de la financiación, sería pan comido desbloquear el proyecto y ponerse manos a la obra para, en esta próxima legislatura, construir los ramales a la Universidad y Salburua y definir el de Zabalgana.

Por lo que contó Urtaran, la ampliación hacia el sur se podría materializar “de forma rápida”, pues el trazado está diseñado, no requiere vagones ni subestación eléctrica y la inversión prevista, de 8,5 millones de euros, es llevadera. Tras Angulema, el ramal seguiría por Las Trianas hasta el campus, dando servicio a los barrios de Adurza y San Cristóbal, conectando la estación de autobuses con usuarios tan frecuentes como los estudiantes y favoreciendo la intermodalidad con el tren si se acompañara de la construcción de una nueva terminal para la alta velocidad junto a la plaza de toros, propuesta del Gobierno Vasco que Fomento “no ha descartado” aunque Javier Maroto dijera lo contrario.

El ramal del este sí que podría llevar más gasto, aunque todavía no se ha calculado, pero la obra no tendría por qué retrasarse más. El trazado está prácticamente dibujado, desde Angulema a Salburua pasando por Judimendi, y la necesidad de tranvía allá les cada vez mayor. “La ciudad ha perdido escala humana por la manera en que se edificaron los nuevos barrios. No tienen compacidad. Los desplazamientos se hacen en vehículo privado. Y Salburua es una zona cada vez más poblada”, justificó Urtaran. El candidato a alcalde insistió mucho en la sostenibilidad, pero también en la necesidad de una nueva etapa con ganas de unir fuerzas y no de pelear. González también habló de eso y, a cuenta del tranvía, apostó por renovar el convenio original, por el cual el Gobierno Vasco pone el 65% del coste y la Diputación y el Ayuntamiento, el 17,5%, respectivamente.

Intermodalidad. La muerte del soterramiento parece una certeza, pero el gabinete de Javier Maroto aún no ha certificado su funeral. Es como si no quisiera hablar de ello, tras tantos años de bombo, pero hoy tendrá que hacerlo. El PSE va a poner sobre la mesa del Pleno una moción en la que, además de afrontar el tabú, instará a planificar y solucionar la inexistente intermodalidad de la estación de Dato y la de buses y a trabajar de la mano con el Gobierno Vasco para posibilitar la intermodalidad del tren con el tranvía.