Incertidumbre es la palabra que parece haberse instalado en la economía mundial y también impregna las perspectivas de cara al próximo año. “Sin duda estamos ante un ejercicio complicado, según apuntan todas las previsiones y según nos indican nuestras empresas a través de los observatorios periódicos que manejamos. Estas encuestas nos sirven para conocer de primera mano cuál es la foto real de las empresas alavesas y, a tenor de lo que hemos visto en el último mes, sin llegar a ser dramática, la situación sí es preocupante. Álava es un territorio mayoritariamente industrial y esa es su gran fortaleza para afrontar con garantías los tiempos convulsos que, parece, estamos obligados a vivir en los próximos meses. Necesitamos certidumbre, de lo contrario se acrecentarán las dificultades”.

Así describe la situación el presidente de SEA Empresas Alavesas, en cuyo Barómetro del tercer trimestre del año se constataba que el 87% de las empresas encuestadas había visto aumentar en el último trimestre su coste total de aprovisionamientos. “El escenario es muy preocupante”, admite Pascal Gómez. “Somos conscientes de que la invasión de Ucrania ha supuesto un grave varapalo para el incremento del precio de la energía, entre otros aspectos, aunque no es el único. El futuro de este conflicto bélico será muy importante para determinar cuál es el futuro de los costes que todos nos vemos obligados a pagar para poder seguir haciendo frente a nuestro quehacer empresarial, porque sin energía ninguna empresa puede abrir su persiana cada día”.

El efecto más inmediato de esta crisis energética se deja notar –lo viene subrayando SEA– en la progresiva reducción del margen de rentabilidad de las empresas: siete de cada diez empresas sondeadas en el mencionado Barómetro lo han visto disminuir un 16,1% de media. “Las empresas resisten como llevamos resistiendo desde hace décadas y haciendo frente a las diferentes crisis que nos ha tocado vivir. Los esfuerzos que se están haciendo para no trasladar al precio final el aumento total de las materias primas y la energía está siendo determinante. Ante este escenario, no cabe otra posibilidad que restar del margen, aunque debemos ser conscientes de que esta práctica solo puede ser excepcional y que nadie es capaz de aguantar así durante un tiempo prolongado”.

Pese a todo, Pascal Gómez no olvida que, aunque “los indicadores no son positivos, también es cierto que la economía es un estado de ánimo y cuando todas las voces que escuchamos apuntan hacia un escenario futuro lleno de incertidumbres, el resultado siempre es negativo”.

En este contexto, el territorio alavés ha vivido este año la firma de dos acuerdos en el ámbito de la negociación colectiva que constituyen auténticos hitos y que, subraya el presidente de SEA, “representan un aspecto fundamental para encarar los próximos años”: “En el caso de Mercedes, esta paz social era un logro imprescindible para acceder a la inversión que la marca prevé para la planta alavesa en los próximos años. Estos 1.200 millones de euros representan la mayor inversión en la historia de Álava y la garantía de que Mercedes va a seguir siendo el pulmón de la industria alavesa. Lo dije en su momento y lo repito, sin Mercedes no hay futuro. Respecto al Convenio del Metal, las empresas del sector y los sindicatos firmantes han demostrado su compromiso para alcanzar este acuerdo, un acuerdo que permitirá afrontar con mayores garantías de éxito los próximos ejercicios”.

“El reto es que innovación y digitalización alcancen a todas y cada una de nuestras empresas, incluidas las más pequeñas”

Un escenario complejo en el que “tanto la innovación como la digitalización son factores capitales para nuestras empresas. Y el reto es que estos aspectos, que son una realidad en nuestras grandes empresas, atraviesen la capilaridad de nuestro tejido empresarial y alcancen a todas y cada una de nuestras empresas, incluidas las más pequeñas, que son las que más dificultades tienen a la hora de acceder a estas cuestiones”.

Innovación, digitalización y un tercer pilar podría ser el talento. “La búsqueda del talento es una constante en las empresas. Hay que poner a la persona en el centro de las políticas que se están llevando a cabo para garantizar el relevo de los que ahora trabajan y se jubilarán en los próximos años”, señala Pascal Gómez. “Para ello, debemos ser atractivos, pero no solamente como empresas, sino también al resto de niveles. Estamos obligados a crear un ecosistema que resulte atractivo para los nuevos profesionales, condiciones que van más allá de las estrictamente laborales y que sirvan para elegir nuestro territorio por las ventajas globales que ofrece. En este capítulo es indispensable que todos los agentes implicados trabajemos en la misma dirección”.