El juez de guardia de Getxo decretó ayer la libertad con cargos del estudiante de Físicas que el pasado miércoles se paseó por la Facultad de Ciencias y Tecnología del campus de Bizkaia de la UPV/EHU, en Leioa, disparando tiros con su escopeta de caza, aunque ordenó su ingreso “no voluntario” en un centro psiquiátrico para que se evalúe su estado mental.

Esta es una de las medidas cautelares que adoptó el juez que ayer viernes estaba de guardia en los Juzgados de Getxo donde fue conducido el joven estudiante tras pasar dos noches en dependencias de la Ertzaintza en Bilbao, según fuentes judiciales.

Las mismas fuentes indicaron que, tras esta decisión, el alumno de la UPV/EHU queda a disposición de los especialistas del centro psiquiátrico en el que ha ingresado, que deberán valorar su estado mental e iniciar algún tipo de tratamiento, si así lo consideran. El juez de Getxo también ha acordado que se le comunique el alta del estudiante cuando esta se vaya a producir, a fin de valorar la oportunidad de la misma.

El magistrado también ha decretado la prohibición de acercarse a cualquier instalación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y le ha retirado el permiso de armas que se había sacado este verano en la Comandancia de la Guardia Civil de Donostia. Fuentes de la investigación informaron de que se baraja como principal hipótesis del ataque contra la Facultad en la que estudiaba, que el joven solo pretendía causar daños en las dependencias de la institución académica pero que no pretendía ocasionar daños personales.

El miércoles por la tarde acudió al campus con una escopeta y disparó más de 25 veces, primero contra las cristaleras desde el exterior y después dentro de la Facultad de Ciencia y Tecnología, donde estudiaba, contra diversos objetos.

Durante el ataque intentó tranquilizar a las personas que se encontraban en el campus repitiendo que “esto es contra la Universidad” y que no quería herirlas.

Tras ese episodio, el joven huyó del campus desarmado, en dirección a la carretera de La Avanzada por el pequeño jardín botánico o Arboretum que existe en la parte trasera de las Facultades de Ciencias y Tecnología y de Medicina y Enfermería, y poco después fue arrestado por agentes de la Ertzaintza.

El estudiante de Físicas se enfrenta a una acusación por un delito de daños con arma de fuego contra las instalaciones de la universidad, ya que en principio se baraja como principal hipótesis del ataque que el joven sólo pretendía causar daños en las dependencias de la institución académica pero que no quería ocasionar daños personales.

Al tener conocimiento del ataque, la Ertzaintza desplegó un amplio dispositivo en el campus, que incluyó a la Brigada Móvil, la Unidad de Explosivos, la Unidad de Vigilancia y Rescate, patrullas de protección y la Unidad de Intervención, además de un helicóptero y dos ambulancias. Se estableció un fuerte cordón policial alrededor del centro universitario para impedir el acceso al interior, desalojando al mismo tiempo a las personas que se encontraban en él. Realizó al menos 25 disparos, según los cartuchos recogidos por los agentes de la Ertzaintza aunque no se descarta que pudieran haber sido más. Todo parece indicar que su intención era causar únicamente daños materiales en el centro y no a las personas.