Hoy se cumple un año del primer decreto de alarma por el que la población española quedó confinada para hacer frente a la pandemia del coronavirus. Y un año después de esta decisión España ha vivido siete meses y 24 días bajo el estado de alarma, la comunidad de Madrid quince días más. Durante ese periodo se han contagiado de covid-19 en España 3,16 millones de personas y han fallecido unas 72.000, mientras que ahora todas las esperanzas están fijadas en la administración masiva de las vacunas.

Estas devastadoras cifras también se han trasladado a la economía, donde el hundimiento del PIB ha sido certificado esta semana por la OCDE como el peor de la Eurozona, con una caída del 11% y una destrucción de 765.742 empleos, casi 800.000 trabajadores en ERTE y unos 500.000 autónomos cobrando algún tipo de ayuda.

El viernes 13 de marzo de 2020 cogían mucha fuerza los rumores de que la pandemia de coronavirus se había extendido demasiado en el Estado y era necesario tomar una medida extrema.

España fue pionera en Europa y decretó el estado de alarma, cerrando fronteras y siguiendo las indicaciones de los técnicos del Ministerio de Sanidad. Entró en vigor legalmente el sábado 14. Ese día los españoles emprendían un camino incierto. Un real decreto de alarma aprobado por el Gobierno ordenaba el cierre de todas las actividades no esenciales, el confinamiento domiciliario y el teletrabajo para todo el que pudiera llevarlo a cabo. Entre el miedo y la incertidumbre, los ciudadanos vaciaron los supermercados, dejando como anécdota para la historia la desaparición del papel higiénico o de la harina. Nadie sabía en ese momento, ni probablemente el propio Ejecutivo español, cuánto iba a durar esa situación.

Solo se podía salir a la calle para llevar a cabo actividades imprescindibles. Las medidas que se adoptaron en un principio iban siendo continuamente mejoradas o ampliadas. Todo el país se centró en la sanidad y en el mantenimiento de las funciones básicas. Entonces se contaban en España 121 fallecidos y 4.231 contagiados de covid-19.

En una esperada comparecencia, y en medio de una fuerte expectación, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la activación del estado de alarma para hacer frente a la "emergencia social y sanitaria" del coronavirus.

El Consejo de Ministros extraordinario celebrado al día siguiente adoptó decisiones excepcionales orientadas a movilizar todos los recursos del Estado para proteger mejor la salud de los ciudadanos", señaló Sánchez ese tenso día.

"Me gustaría apelar a todos los compatriotas. La victoria depende de cada uno de nosotros, el heroísmo es también lavarse las manos, quedarse en casa, protegerse y proteger a los demás. Tardaremos semanas, va a ser muy duro y difícil, pero vamos a parar el virus, superaremos la emergencia amparándonos en el consejo de la ciencia y los recursos del Estado, pero tardaremos menos tiempo y los daños serán menores si lo hacemos unidos, con responsabilidad y disciplina social", señaló Sánchez en aquella comparecencia.

Desde ese primer real decreto del 14 de marzo de 2020, que trajo los primeros tres meses de estado de alarma, los ciudadanos del Estado están inmersos en otro periodo de más de ocho meses bajo un nuevo estado de alarma, que comenzó el 25 de octubre de octubre del año pasado y concluirá el 9 de mayo.

Al primero, le siguieron seis prórrogas, una cada quince días: 27 de marzo, 10 de abril, 24 de abril, 8 de mayo y 5 de junio. Y cada una de ellas salió adelante en el Parlamento con menor apoyo que la precedente. Vox solo apoyó la primera prórroga y el PP votó en contra en las dos últimas. La del 5 de junio salió adelante con la abstención de Esquerra Republicana de Catalunya.

El 21 de junio finalizó la última prórroga, pero unos días antes Sánchez afirmó que se había vencido al virus. Una declaración triunfalista que pronto se vio desmentida por la propia realidad con la que han tenido que lidiar las comunidades autónomas en primera persona, ya que desde que decayó la última prórroga del decreto los gobiernos regionales se quedaron al mando de la situación en cada territorio.

Pero la controversia entre las medidas que adoptaban las comunidades autónomas y los recursos que comenzaron a producirse ante los tribunales obligó de nuevo al Gobierno a aprobar un decreto de alarma que diera cobertura a las medidas autonómicas. El 9 de octubre lo hizo para la Comunidad de Madrid y el 25 de ese mes, para todas las comunidades autónomas. El 3 de noviembre fue prorrogado por una periodo de seis meses.

Estos decretos aprobados en el último trimestre del año pasado, junto con los de la primera ola, han contribuido a que España haya vivido ya durante casi ocho meses en estado de alarma, modulado por los gobiernos autonómicos en función de la evolución de los contagios y la saturación de los hospitales que se han producido en la segunda y la tercera ola.

Antecedente. La pandemia obligó a decretar el estado de alarma el 14 de marzo de 2020. Pero no era algo nuevo. La primera vez se decretó en España en diciembre de 2010 por la huelga de controladores aéreos, que tuvo que enfrentarse por parte del Estado con este mecanismo constitucional para garantizar las comunicaciones e intervenir los puestos de control con controladores militares.

Vigencia de quince días. El estado de alarma por la covid tuvo una primera vigencia de quince días, lo que marca la leyl, a la espera de que fuera refrendado por el Congreso.