- Apenas diez días después del primer aniversario de la explosión en el puerto de Beirut, que dejó más de 200 muertos, una deflagración de un depósito de combustible cuyo contenido estaba siendo distribuido a la población en el norte del Líbano dejó ayer 28 muertos, en una nueva tragedia que azota a un país sumido en la escasez de suministros básicos.

La explosión se produjo alrededor de las 2.00 horas locales, cuando un depósito de combustible estalló dentro de un terreno dedicado al almacenamiento de gravilla en la ciudad de Al Talil, en Akkar (norte del Líbano).

Según testigos, dos centenares de personas estaban junto al vehículo cuando se produjo la explosión, tras desencadenarse un enfrentamiento con armas de fuego entre quienes querían abastecerse de combustible, un bien muy escaso en el país.

El presidente del Líbano, Michel Aoun, urgió a las autoridades a llevar a cabo una investigación y esclarecer lo ocurrido y a “no politizar la tragedia” en un momento en el que el país sufre un severo estancamiento político. Por su parte, el primer ministro interino libanés, Hasan Diab, resumió: “Esta explosión es el resultado de la corrupción, que se ha convertido en la norma en el país”.

Una fuente militar dijo a Efe que el deposito que estalló había sido confiscado por el Ejército “para distribuir su contenido entre los ciudadanos”. En su comunicado, Diab resumió: “Esta explosión es el resultado de la corrupción, que se ha convertido en la norma en el país”.