- Tres dirigentes de la oposición bielorrusa, entre ellos la líder Maria Kolesnikova, única que no estaba exiliada, fueron detenidos ayer. Las circunstancias del suceso aún no se han aclarado, pero a ojos del Consejo de Coordinación, surgido como oposición al Gobierno de Alexandr Lukashenko, suponen un “secuestro”. Los otros dos políticos arrestados son Ivan Kravtsov y Antón Rodnenkov. Los testigos aseguraron que la dirigente opositora fue capturada por individuos no identificados cuando se encontraba caminando cerca del Museo de Arte Nacional, en la capital bielorrusa, y que fue introducida en un minibús de color azul oscuro que tenía escrita la palabra “comunicación”. Kolesnikova todavía no ha sido localizada.

La ex candidata presidencial Svetlana Tijanovskaya condenó desde su exilio en Lituania el “secuestro” de sus tres compañeros y denunció que las autoridades intentan perjudicar el trabajo de la coalición e “intimidar” a sus miembros. “Las autoridades se equivocan si creen que esto nos detendrá”, advirtió en un comunicado. Tijanovskaya subrayó que la oposición seguirá trabajando hasta lograr “la liberación de todos los presos y la celebración de unas nuevas presidenciales justas”.

Mientras tanto, el Ministerio del Interior bielorruso confirmó que las fuerzas de seguridad detuvieron a 633 personas por participar en las protestas del domingo contra el régimen de Lukashenko. Su Ejecutivo aseguró que los manifestantes fueron arrestadas por incumplir la legislación sobre eventos masivos con su participación en las protestas y señaló que en la jornada del domingo se registraron 42 movilizaciones en varios puntos del país que congregaron, según sus cálculos, a unas 31.000 personas. No obstante, la oposición eleva el número hasta 100.000.

Bielorrusia está inmersa en una grave crisis desde la proclamación del resultado de las elecciones presidenciales de agosto, consideradas fraudulentas por la oposición y que han llevado a las mayores manifestaciones de la historia reciente del país, mientras el Gobierno las achaca a injerencias extranjeras por intereses geopolíticos de la OTAN.

En las últimas semanas, el régimen que preside Alexandr Lukanshenko, apoyado por Rusia, ha intensificado la represión de las protestas con detenciones de decenas de manifestantes y también de periodistas y activistas opositores. Tras el arresto de Kolesnikova, el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, calificó de “inaceptables” las “detenciones arbitrarias y los secuestros por motivos políticos”. Además, escribió en Twitter: “Las autoridades estatales deben dejar de intimidar a los ciudadanos y de violar sus propias leyes y sus obligaciones internacionales”.