El carguero de la compañía japonesa Nagashiki Shipping que encalló a finales de julio frente a las costas de Mauricio ha vuelto a verter este viernes petróleo al mar, según han informado fuentes cercanas a los equipos de limpieza desplegados en la zona.

Tal y como han explicado, el crudo vertido provendría de la sala de máquinas, de la que no se ha podido retirar debido al riesgo existente de "asfixia". Según informaciones del diario 'The Japan Times', los trabajadores de la empresa nipona han logrado retirar gran parte del combustible que quedaba en el interior del barco, que encalló con unas 4.000 toneladas de crudo a bordo.

En este sentido, la compañía estima que en el interior del barco quedan unas 100 toneladas que se encuentran principalmente en la bodega. Este sería el combustible que está siendo ahora vertido al mar debido al impacto de las olas y a la imposibilidad de las labores de extracción y limpieza.

Este mismo viernes, la empresa dueña del carguero Wakashio ha dicho estar abierta a indemnizar al país por un vertido que ha dejado una mancha de 1.000 toneladas de crudo y ha insistido en que negociará el asunto "de buena fe".

El Gobierno de Mauricio, que está estudiando tomar medidas contra la empresa en cuestión, ha sido acusado de negligencia y de actuar demasiado tarde tras producirse la fuga. Sin embargo, el primer ministro, Pavind Jugnauth, ha defendido la actuación de las autoridades y se ha negado a pedir perdón.

El incidente se produjo cuando el carguero, con unas 4.000 toneladas de crudo, encalló frente a las costas de la isla, famosa por sus aguas transparentes y su flora y fauna autóctonas.

Desde entonces, varios equipos han trabajo a contrarreloj para retirar el crudo restante a bordo del barco antes de que el buque se resquebrajara por completo y se partiera en dos, tal y como alertaban las autoridades. En las zonas costeras, residentes y voluntarios han realizado labores de limpieza para evitar un mayor impacto medioambiental en la fauna y la flora.

El Gobierno, que ha declarado el estado de emergencia por el vertido, ha pedido ayuda a Francia y Naciones Unidas para hacer frente al desastre.