Londres - La primera ministra británica, Theresa May, pide a la Unión Europea (UE) que “evolucione” en su posición negociadora, al plantear ayer por primera vez su plan sobre el Brexit a los Veintisiete, en la cumbre informal de Salzburgo (Austria). May, que expuso su llamado plan de Chequers en una cena con los jefes de Estado y de Gobierno de la UE, declara en un artículo en el alemán Die Welt que “para llegar a una buena solución, la UE debe ahora evolucionar en su postura, después de haberlo hecho el Reino Unido”.

La líder conservadora defiende en Salzburgo la propuesta de futura relación bilateral que consensuó con su Gobierno el pasado julio en la residencia oficial de Chequers y que provocó la dimisión de dos ministros partidarios de un Brexit duro, David Davis y Boris Johnson.

El plan comprende la creación de un mercado común de bienes con equivalencia regulatoria entre el Reino Unido y la UE, lo que, en opinión de Londres, permitiría mantener abierta la frontera con Irlanda, un tema clave en las negociaciones.

En su artículo, May advierte de que “ninguna de las partes puede exigir de la otra algo totalmente inaceptable”, como lo sería crear “fronteras exteriores aduaneras entre partes del Reino Unido”, en alusión a la controvertida sugerencia de Bruselas de mantener a Irlanda del Norte en alineación normativa con Irlanda.

En una entrevista publicada también ayer por el británico The Daily Express, la primera ministra defiende asimismo la viabilidad de su propuesta, cuestionada dentro y fuera de su país, al asegurar que “es el plan adecuado para el Reino Unido y ofrece un buen acuerdo para la UE”.

Los medios británicos han interpretado positivamente las recientes afirmaciones del negociador jefe de la UE, Michel Barnier, de que está dispuesto a “mejorar la propuesta” relativa a Irlanda del Norte, explicando cómo podría funcionar un eventual sistema aduanero.

Barnier también señaló, no obstante, que aún no está claro si el acuerdo con Londres será posible, después de que el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, mostrara también sus dudas y animara a todos a actuar “de manera responsable” para “evitar una catástrofe”.

o ‘Chequers’, o nada Ante las presiones dentro del Reino Unido para convocar un segundo plebiscito relativo al Brexit, Theresa May ha insistido en los últimos días en que las dos únicas opciones sobre la mesa son el plan de Chequers o ningún acuerdo. En la entrevista en el Express, descarta una vez más la convocatoria de una consulta sobre el eventual pacto al que llegue con Bruselas, con el argumento de que los británicos ya votaron por salir de la Unión Europea el 23 de junio de 2016 y otro referéndum “destruiría la confianza en los políticos”.

En un documento difundido ayer, la campaña Voto del Pueblo, impulsada por políticos británicos partidarios de la permanencia en la Unión Europea, propone celebrar un nuevo plebiscito incluso antes de que se ejecute el Brexit, el 29 de marzo de 2019, de modo que, dicen, si se revirtiera la decisión de 2016 no habría coste económico para el Reino Unido.

El grupo, que recibe financiación del millonario de origen húngaro George Soros, no ve trabas para que el Parlamento británico pudiera impulsar una ley del referéndum, si lo quisieran la mayoría de diputados, y sugiere someter a votación el posible acuerdo entre Londres y Bruselas -o la falta de éste- frente a la opción de permanecer en el bloque. El Reino Unido y la UE esperan consensuar el marco de su futura relación bilateral para la reunión del 18 de octubre del Consejo Europeo, mientras que Tusk ha indicado que podría convocar una cumbre extraordinaria en noviembre. A seis meses de la fecha de Brexit, la primera ministra británica necesita que haya un impulso en las negociaciones para mantener las riendas de su Gobierno, entre constantes rumores de complots entre conservadores para arrebatarle el liderazgo.

Inmigración, todo sigue igual Los líderes de la Unión Europea (UE) tratarán también de limar asperezas en política migratoria, uno de los asuntos que más divisiones ha creado en los últimos meses en la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que comenzó ayer con una cena de trabajo y seguirá con una reunión hoy jueves, y en la que Hungría será también protagonista, después del voto de la Eurocámara a favor de sancionar al país por violar el Estado de derecho.

En política migratoria, según fuentes europeas, no se esperan verdaderos “progresos” en Salzburgo pero sí al menos recuperar un “enfoque constructivo”, después de algunos rifirrafes entre países, el último protagonizado hace unos días entre el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, y su homólogo luxemburgués, Jean Asselborn.

Los líderes debatirán las propuestas presentadas recientemente por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que pasan por crear una auténtica policía europea de fronteras, que contaría con 10.000 efectivos más de aquí a 2020, y por acelerar las devoluciones de los inmigrantes que no tienen derecho a permanecer en la UE.

Mientras la mayoría de los países apoya la idea de aumentar los retornos (en la actualidad la Unión solo devuelve al 36,6 % de los inmigrantes irregulares), la propuesta de reforzar las fronteras exteriores con una guardia europea aumentada y con más funciones genera “tensiones” entre los Estados miembros, según diversas fuentes consultadas.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ya ha advertido de que esta semana en Austria defenderá no ceder a otros el derecho de la defensa de sus fronteras.