BARCELONA. En rueda de prensa este miércoles, ha remarcado que ahora "no hay ningún barco en la zona" porque Malta no deja salir embarcaciones e Italia no permite la entrada, y los ha acusado de incumplir el derecho marítimo.

"Llegar aquí nos ha costado tres días y 300 muertos. Y volver quizás nos cueste cuatro días más y 300 muertos más", ha lamentado.

Se ha preguntado quién hace cumplir la legalidad a países que se comportan como "porteros de discoteca", permitiendo la entrada o no, y ha añadido que en Barcelona se les ha aplicado todos los protocolos porque la ONG sí cumple con los convenios.

Ha agradecido al Gobierno central que permita al buque Open Arms llegar a Barcelona, pero ha recordado que es su "obligación", y ha hecho un llamamiento a ayudar porque la ONG es un altavoz pequeño.

Ha recordado: en el mar "no hay migrantes, hay navegantes o náufragos. Y lo que rescatamos son vidas en peligro y no migrantes en peligro. Son vidas en peligro".

LOS RESCATADOS YA ESTÁN INSTALADOS

Con todo, el medio centenar de hombres que fueron rescatados en el Mediterráneo por el buque Open Arms y que hoy han desembarcado en Barcelona ya han llegado a la residencia deportiva Blume de Esplugues de Llobregat (Barcelona), que será a partir de hoy su nueva casa.

Los migrantes han llegado en dos autobuses alrededor de las 16 horas y han entrado en el edificio, que pertenece a la Generalitat, por la puerta principal, visiblemente cansados, pero muchos de ellos sonriendo.

Todos ellos llevaban, como mínimo, una bolsa de plástico con el logotipo de la Cruz Roja, en el interior de la cual había un kit de higiene y una muda que se les ha entregado al llegar.

A la mitad de ellos también les han proporcionado zapatos, ya que han desembarcado descalzos. Uno, lucía una camiseta del Barça colgada del hombro.

Fuentes de Cruz Roja han detallado a Efe que la prioridad en estas primeras horas es que descansen y que superen el "choque" que les ha supuesto todo el periplo vivido.

A partir de entonces, han relatado las mismas fuentes, se trabajará cada caso con psicólogos y con asesores legales, con el fin de hallar la mejor solución para que todas estas personas puedan regularizar su situación más allá del permiso humanitario de 45 días.

Durante este tiempo se hospedarán en la residencia Blume de Esplugues, situada en el límite con Barcelona, donde normalmente se alojan deportistas en edad estudiantil que se preparan para ingresar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

Se trata de unas instalaciones modernas que disponen de habitaciones compartidas, de entre dos y cuatro camas, amplias salas comunes y una zona ajardinada alrededor.

Como sus inquilinos habituales están de vacaciones, la Generalitat ha decidido aprovechar las 140 plazas del centro para dar cobijo a los inmigrantes que lleguen al área de Barcelona y aún no hayan encauzado su situación jurídica.

Esto significa que al medio centenar de hombres que han llegado hoy se les pueden sumar en las próximas semanas otras personas que tengan el mismo perfil social y que hayan desembarcado en otras comunidades.