Los avances sociales en materia de igualdad de género registrados en las últimas décadas en Euskadi y España afectan, en teoría, a todas las mujeres, pero los datos estadísticos muestran que para algunas generaciones de vascas la equiparación con los varones está lejos de ser una realidad. La concepción tradicional de la familia y del papel de la mujer en la sociedad y el ámbito laboral explican que a medida que aumenta la edad de las mujeres crece la brecha en formación, empleo e ingresos económicos, mientras que en las generaciones más jóvenes hay mayores niveles de igualdad en educación y acceso al empleo, pero persisten las diferencias en tiempo dedicado al hogar, temporalidad, salarios y otros factores. De hecho, aunque la total igualdad entre hombres y mujeres aún está lejos, para las más mayores la distancia resulta insalvable.
Según el informe de Emakunde Cifras 2016 sobre la situación de las mujeres y los hombres en la CAE, en Euskadi residen 1.116.329 mujeres, que suponen el 51,4% del total de la población. Además, el peso demográfico de mujeres y hombres presenta una notable variación en función de la edad: hay menos mujeres que hombres en los tramos de edad inferiores, aunque esta diferencia no es ningún caso superior a los dos puntos porcentuales, mientras que a partir de los 50 años esta tendencia se invierte, y el número de mujeres supera al de hombres de un modo creciente, de tal forma que en la población de más de 95 años las mujeres suponen más del 80%.
Esta desigual presencia de mujeres en los tramos más elevados de edad obedece a que viven más años que los varones, pero donde realmente se observan desigualdades generacionales es en ámbitos como la formación y el mercado laboral.
El informe de Emakunde indica que “la situación de la población total de la CAE respecto al nivel educativo muestra diferencias notables asociadas al sexo y a la edad. Así, se observa claramente que, en su conjunto, el nivel educativo alcanzado por las mujeres en la CAE es inferior al logrado por los hombres: el porcentaje de mujeres con estudios que superan la enseñanza primaria (60,8%) es inferior a la proporción de hombres con este nivel educativo (66,3%). Esta diferencia viene marcada por la edad: son las mujeres con más de 50 años quienes presentan los niveles educativos más reducidos, mientras que las mujeres más jóvenes visibilizan los resultados de su mayor presencia (y aprovechamiento) en el sistema educativo que muestran los datos actuales”. Y es que cuando muchas mujeres de edad avanzada se quejan de que “en sus tiempos” no tuvieron la oportunidad de estudiar todo lo que habrían querido están poniendo de manifiesto una realidad ya superada.
Más de la mitad Las más de 33.300 vascas que figuran en las estadísticas como “sin estudios” suponen el 62,1% del total de personas sin formación y es llamativo observar cómo el porcentaje de mujeres en este colectivo pasa de representar el 50% en el tramo de edad de 15 a 19 años al 68,8% en el de mayores de 75 años. En la misma línea, cuando se analiza el nivel de estudios de la población vasca se observa que entre los 10 y los 49 años hay más hombres que mujeres con estudios primarios, pero a partir de esa edad se invierte la tendencia hasta el punto de que el 65% de las personas mayores de 75 años que solo cuentan con estudios básicos son mujeres. Con los estudios superiores ocurre lo contrario: hasta los 55 años hay más mujeres que hombres que han pasado por la Universidad, entre los 55 y los 59 prácticamente hay paridad y a partir de esa edad se asienta una clara mayoría masculina.
Una evidencia muy llamativa de esta desigualdad formativa asociada a la edad son las tesis doctorales. De las 546 tesis aprobadas en la Euskadi en 2014, el 55,1% fueron realizadas por mujeres; sin embargo, este ligero predominio de las mujeres en las tesis doctorales aprobadas se registra entre quienes aprobaron sus tesis con menos de 44 años. En los grupos de edad más avanzada, el peso relativo de los hombres se va elevando, hasta suponer el 88% de quienes cuentan con más de 55 años.
Otra manifestación de la desigualdad de género agravada por la edad es la tasa de actividad laboral, que presenta notables diferencias entre mujeres jóvenes y mayores. Así, en el segmento de 25 a 44 años las vascas alcanzan el máximo nivel de presencia en el mercado laboral, de tal forma que en 2015 el 88,3% de las mujeres de este tramo de edad estaban empleadas o buscando empleo.
Desde la edad de finalización de los estudios obligatorios (16) hasta los 25 años, las mujeres de Euskadi tienen la tasa de actividad más baja de todos los grupos de edad -el 27,1%- aunque ocurre lo mismo en el caso de los hombres (con una tasa de actividad del 30,5%), que en la mayoría de los casos se encuentran fuera del mercado laboral debido a los estudios. Por ese motivo la diferencia entre las tasas de actividad de chicos y chicas es de 3,4 puntos porcentuales, mientras que en el grupo de mujeres de más de 45 años se da la máxima diferencia con la tasa de actividad de los hombres (más de 13 puntos). El informe de Emakunde destaca que las mujeres presentan tasas de actividad más reducidas que los hombres en todos los segmentos de edad, pero es a partir de los 45 años cuando estas diferencias se hacen más notables
Al analizar el comportamiento de la ocupación en función de la edad se observa que las mujeres presentan las tasas más elevadas entre los 25 y los 44 años, mientras que los hombres muestran una presencia en el empleo que alcanza sus cotas máximas a partir de los 35 años y no se reduce hasta los 55 años. Si entre los 16 y los 24 años las diferencias entre mujeres y hombres son mínimas a favor de los hombres, en el segmento de 25 a 34 años se produce incluso una presencia relativa en la ocupación algo superior de las mujeres. A partir de esa edad, los hombres presentan tasas de ocupación claramente más elevadas y sólo el 17,6% de las mujeres con más de 55 años se encuentran ocupadas en el mercado laboral.
Acceso al empleo La diferente presencia en el mercado laboral de mujeres y hombres se traslada también a los datos de afiliación a la Seguridad Social. Las estadísticas manejadas por Emakunde señalan que a lo largo de 2015 en Euskadi hubo 415.823 mujeres de media afiliadas a la Seguridad Social, lo que supone una diferencia negativa de casi 61.000 afiliaciones respecto a los hombres. Las mayores diferencias en términos absolutos se observan en los segmentos de edad entre 40 y 44 años y entre 55 y 59 años. Las mujeres muestran una presencia más equilibrada en la afiliación en el segmento de 25 a 29 años -suponen el 50% del total de afiliados- , mientras que tienen una presencia proporcional menor en los segmentos más jóvenes y de más edad. Es especialmente significativa la diferencia entre géneros que se registra a partir de los 55 años y que refleja la menor presencia en el mercado laboral de mujeres con edades superiores.
En este sentido Emakunde apunta que “el acceso al empleo y a las condiciones laborales sigue siendo desigual para hombres y mujeres en la gran mayoría de las sociedades. La tasa de empleo femenino continua siendo inferior al masculino, aunque la brecha entre ambos se ha ido reducido en algunos países. Todavía sigue siendo una meta la eliminación de las diferencias en remuneración, en la segregación ocupacional y la poca presencia de las mujeres en los puestos de dirección. Pero además, éstas son más vulnerables al desempleo y a la inactividad económica, sobre todo en los niveles educativos bajos y en edades avanzadas”.
Las mujeres mayores que residen en Euskadi no solo arrastran las consecuencias de la desigualdad en el nivel de estudios y acceso al empleo, sino que como resultado de estos factores y de la brecha salarial que aún hoy en día se mantiene, sus pensiones de jubilación y prestaciones asociadas a cotizaciones sociales también son menores.
La máxima diferencia en la pensión media se produce precisamente en las pensiones de jubilación: hay 119.274 mujeres con una pensión media de 821,4 euros mensuales, mientras que la pensión media de jubilación de los hombres asciende a 1.507,2 euros (un 83% más que las mujeres) y afecta a 96.071 hombres más, pese a que en Euskadi hay más mujeres que hombres de más de 65 años. También las pensiones por incapacidad permanente muestran la diferente posición de mujeres y hombres en el mercado laboral: no solo hay menos mujeres con este tipo de incapacidad reconocida, sino que su pensión media mantiene una diferencia de un 21% respecto a la de los hombres en su misma situación. Otra muestra de desigualdad es que el 47,2% de las mujeres pensionistas de la CAV reciben una pensión de viudedad, mientras que el 82,4% de los hombres pensionistas cobra una pensión de jubilación.
Estas diferencias llevan a concluir que la brecha de género se ensancha a medida que la población envejece y que la edad multiplica y agrava la discriminación que sufre y, sobre todo, ha sufrido la mujer.
Población. En 2015 en Euskadi residían 1.116.329 mujeres, que suponen el 51,4% del total de la población. Más de la mitad (52,5%), viven en Bizkaia.
Evolución. Desde 1998 la población de la CAV ha mantenido en su conjunto una ligera mayor proporción de mujeres. El descenso de población que se viene registrando desde 2012 muestra una pauta similar en mujeres y hombres, aunque es algo más pronunciado en el caso de los hombres (1,2% frente al 0,5%).
Edad. El peso demográfico de mujeres y hombres presenta una notable variación en función de la edad.: hay menos mujeres que hombres en los tramos de edad inferiores, aunque esta diferencia no es ningún caso superior a los 2 puntos porcentuales. Sin embargo, a partir de los 50 años esta tendencia se invierte, y el número de mujeres supera al número de hombres de un modo creciente.
Mayores. Hasta los 65 años el mayor peso relativo de las mujeres en el total de la población es limitado; pero a partir de esa edad la diferencia aumenta, al hacerse patente la mayor longevidad de las mujeres y así, las 50.111 mujeres con más de 85 años que residen en la CAV en 2015 conforman el 70% del total de la población en ese tramo de edad.
Procedencia. El 68% de las mujeres empadronadas en la CAV en 2015, -836.441- habían nacido en esta Comunidad, y un 8% -95.199 mujeres-, había nacido fuera del Estado. Las 234.788 mujeres nacidas en otra comunidad autónoma -un 20%-, suponen un número y un peso relativo muy superior respecto a los hombres nacidos en otras comunidades autónomas -195.698-.
TotalSin estudios
mujereshombrestotalmujereshombres
1.015.466950.91053.65233.36920.283
10-14 años47.57250.3290 0% 0%
15-19 años42.77245.782650%50%
20-2443.91645.78040936,4%63,6%
25-2953.75254.3761.031 42%58%
30-3468.70470.7021.28238,2%61,8%
35-3987.23390.6201.50040,4% 59,6%
40-4487.62291.4111.32542,6%57,4%
45-4985.73886.8191.39144,1%55,9%
50-5485.46482.3901.35250,3%49,7%
55-5979.14475.1991.86757,5%42,5%
60-6468.70364.0522.82558,5%41,5%
65-6966.72260.0784.79061,3%38,7%
70-7454.44146.2656.62861,1%38,9%
+75 años143.68387.20729.24668,8% 31,2%
Población de 10 y más años por nivel de instrucción, edad y sexo (2015)