bilbao - La vuelta al trabajo de los partidos políticos tras el fin de semana propició ayer un aluvión de reacciones al polémico programa de humor Euskalduna naiz, eta zu? sobre los españoles emitido el pasado 8 de febrero en el canal en euskera de ETB y en el que varios de los invitados vertían estereotipos descalificativos sobre España y los españoles que los definían como “catetos”, “fachas”, “culturalmente atrasados” o “chonis”, entre otros. Las posiciones de las formaciones políticas siguieron la tónica, cada una la suya, de los días precedentes desde que el sábado el vídeo-resumen del programa se viralizó en las redes sociales, aunque con el regreso al trabajo fueron los líderes de los partidos los que entraron al trapo y con ellos la polémica se propagó al territorio estatal. Incluso el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y la Gestora del PSOE aparcaron por un momento sus ocupaciones y dedicaron su tiempo a la cuestión. Con todo, lo más destacado fue el pronunciamiento de la dirección de EiTB que, a través de un comunicado, pidió “disculpas a las personas y colectivos a los que se haya podido ofender” por la emisión el 8 de febrero del controvertido audiovisual.
La petición de perdón del ente público dirigido por Maite Iturbe llegó ayer después de que la víspera el Gobierno Vasco le demandara que no volviera a emitir programas “con contendido potencialmente ofensivo”, después de que en su primera respuesta tras el estallido de la tormenta política el sábado, EiTB se limitara a puntualizar que se trataba de un programa de humor y cargara las tintas sobre el vídeo-resumen, de autoría desconocida, en la medida que sacaba de contexto el tema y las intervenciones de los protagonistas.
En la nota de ayer, la dirección de la radiotelevisión pública vasca completa su posición y señala que “comparte que determinadas manifestaciones que se realizan en el programa han sido ofensivas” y se compromete a adoptar las medidas necesarias para asegurar que en adelante los contenidos contribuyan a la “normalización, el respeto y a la cohesión social, respetando la pluralidad como un valor esencial en sí mismo”.
También el lehendakari Iñigo Urkullu tuvo que intervenir en la polémica para asegurar que una cadena pública de televisión debe evitar la divulgación de contenidos que puedan ser tomados como ofensivos. “No solo entiendo, sino que comprendo, y no solo entiendo y comprendo, sino que, como persona y lehendakari, también hago mío el sentimiento de ofensa que muchos ciudadanos hayan podido percibir no solamente en España, sino también en la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra”, precisó.
Ante las críticas recibidas atribuyéndole a él y al gobierno que preside la responsabilidad última del programa, el lehendakari rechazó la acusación argumentando que no hay por su parte ninguna injerencia ni control editorial o informativo sobre el medio de comunicación público. “Quizá hay otros modelos de gestión de una radio y televisión pública en la que quienes sustentan el poder político e institucional tengan algún poder también sobre lo que es la gestión dentro de lo que es el medio de comunicación”, apostilló Urkullu.
Pese a la disculpa, la dirección del ente público insiste en su argumento inicial de que el vídeo-resumen -de unos diez minutos frente a la hora del programa en su integridad- “desnaturaliza la esencia” del programa, ya que descontextualiza las intervenciones de los protagonistas (personas conocidas en su mayoría: actores, músicos, deportistas, agentes sociales...) al “eliminar abundante material del propio programa que no se corresponde con los clichés mostrados y que está expresamente ocultados”. Precisamente, ha sido ese vídeo el que ha levantado la liebre ya que desde la emisión del programa hasta que la grabación manipulada se viralizó en las redes sociales el pasado sábado han transcurrido tres semanas sin que nadie, salvo los 27.000 televidentes euskaldunes que siguieron el programa, pusiera el grito en el cielo.
Con o sin disculpas, el programa de ETB llegará a los tribunales tras las denuncias del PP y UPN por “incitación al odio” contra los españoles. En esta línea, el presidente de los populares en la CAV afirmó que el programa no es más que “la punta del iceberg” de una estrategia que obedece a “una visión del mundo nacionalista, de enfrentamiento y odio”. Desde Podemos, Nagua Alba, situó el programa en “un contexto de humor, aunque de bastante de poca calidad”, y EH Bildu, por boca de Iker Casanova, dijo “comprender” que hubiera “gente ofendida”, pero enmarcó el programa en la libertad de expresión.