Washington - El autor de la matanza de cinco policías en la ciudad texana de Dallas planeaba un ataque de mayores proporciones y desde antes de las muertes de dos hombres negros a manos de agentes blancos esta semana, que desataron la indignación y la protesta en todo el país.

El jefe de la Policía de Dallas, David Brown, aseguró ayer que los investigadores están “convencidos” de que el atacante, Micah Xavier Johnson, “tenía otros planes” y “pensaba que estaba haciendo lo correcto al hacer pagar a los policías por lo que el veía como esfuerzos de los agentes por castigar a la gente de color”. “Nuestro registro de la casa del sospechoso nos lleva a creer, basado en los materiales para la fabricación de bombas y el diario que encontramos, que había estado practicando detonaciones y que tenía material suficiente para haber provocado efectos devastadores en nuestra ciudad y nuestra área del norte de Texas”, afirmó Brown.

La Policía trabaja sobre la teoría de que el agresor había planeado atacar a las fuerzas de seguridad antes de las muertes de dos hombres negros a manos de agentes blancos en Luisiana y Minesota a principios de la pasada semana, que desataron la trágica protesta del pasado jueves en Dallas y otras en varias ciudades del país.

“Creemos que esas muertes solo desataron su delirio para acelerar sus planes y vio la protesta de Dallas como una oportunidad de empezar a sembrar el caos entre nuestros agentes”, señaló Brown.

Los investigadores aún no han podido determinar si Johnson actuó solo o tuvo cómplices, pero sí confirmaron que no tenía antecedentes penales.

Tras revisar el diario con tácticas de combate que encontraron el domicilio del agresor, los agentes han concluido que “obviamente tenía algún tipo de delirio”. “Había partes un poco confusas que son difíciles de descifrar. Solo puedo añadir que, en la pared del lugar donde murió escribió las letras ‘RB’ con su propia sangre”, apuntó el jefe de Policía sobre esas letras de las que por ahora se desconoce su significado. “Lo que nos lleva a creer que estaba herido cuando subía al segundo piso del edificio, además donde explosionamos la bomba había más letras escritas con su sangre”, añadió.

Johnson “parecía estar muy en control de la situación” cuando negociaba con los agentes, “con claridad mental” y “determinado a seguir causando más daño”, explicó Brown.

El jefe de Policía también defendió su decisión de enviar un robot con una bomba adosada al estacionamiento donde estaba atrincherado el atacante para poner fin a la situación y evitar que hiriera a más agentes y civiles. “Teníamos que hacer todo lo que estaba en nuestra mano por evitar más daño. Volvería a usar el robot si tuviera que hacerlo”, dijo.

El agente rechazó así las críticas sobre el uso de este tipo de tecnología por parte de la Policía, que por primera vez se ha utilizado en Estados Unidos fuera de zonas de combate para matar a una persona.

Sí es común que los departamentos de Policía tenga robots como el utilizado en Dallas, pero no están diseñados para el ataque sino para detectar y destruir explosivos.

Lo insólito del caso es que los agentes decidieran, en un intento desesperado por reducir al atacante, dar al robot un nuevo propósito: le adosaron explosivos y los hicieron estallar junto al agresor, matándolo. - Efe