BERLÍN. La primera visita oficial de Tsipras, como jefe del Gobierno, a la sede de la Cancillería en Berlín, casi dos meses después de llegar al poder, estuvo rodeada de gran atención mediática, aunque no se esperara ningún acuerdo concreto.
El objetivo de Alemania y de los socios del Eurogrupo, aseguró Merkel en una conferencia de prensa conjunta, es que Grecia "vuelva a crecer", se fortalezca y supere problemas como el alto desempleo, especialmente el paro juvenil, para lo que son necesarias tanto las reformas estructurales como la consolidación fiscal.
Merkel garantizó su deseo de dialogar con Atenas "con toda confianza" por encima de las "diferencias de opinión existentes" y evitó opinar sobre la lista de reformas concretas que debe presentar el país en el marco de la prórroga del programa de rescate, al recordar que no es Alemania quien las evalúa, sino las instituciones.
"Represento a uno de los 19 países de la zona euro. Las decisiones sobre la liquidez de Grecia afecta a todos los miembros del Eurogrupo y se adoptarán, tras escuchar las valoraciones de las tres instituciones implicadas, de común acuerdo", insistió la canciller tras los recelos de algunos socios de la moneda única.
Tsipras, por su parte, garantizó que su país respetará los acuerdos y tratados europeos, pero "con determinadas prioridades", y subrayó su intención de gobernar en favor de la cohesión social.
Respeto a los tratados, recalcó, pero también "a la democracia y a la soberanía nacional" de cada país.
El primer ministro insistió en que no se puede hablar del rescate a Grecia como "una historia de éxito", ante sus "consecuencias catastróficas" en su economía, y señaló que los problemas de liquidez de su país "a medio plazo" son conocidos, por lo que es necesario buscar una solución política que permita que las instituciones den respuesta a ese "agujero".
"No hay otro camino que el diálogo para superar las actuales dificultades", reiteró Tsipras.
A falta de una lista concreta de medidas para recibir nuevas ayudas europeas, catálogo que se sigue ultimando en Atenas, Tsipras reiteró su intención de reformar el sistema tributario para hacerlo más justo y combatir la evasión fiscal y apostó también por luchar contra la corrupción.
En este contexto abogó por la cooperación judicial con Alemania con el objetivo de investigar los presuntos sobornos a altos funcionarios griegos por parte de empresas germanas, entre los que citó el caso de Siemens.
Si Merkel no se cansó de repetir sus deseos de mantener "el espíritu" del diálogo que hizo posible la "valiosa" unidad europea tras la guerra, Tsipras insistió en la necesidad de olvidar los estereotipos que contaminan las relaciones entre los dos países.
"Ni los griegos son perezosos, ni los alemanes son culpables de todos los males y las desgracias en Grecia", recalcó, para a continuación calificar a Merkel como una persona "que sabe escuchar".
Condenó además con rotundidad las caricaturas publicadas en su país en las que Merkel y los alemanes son representados como nazis.
También lo hizo con la portada del último número del semanario alemán "Der Spiegel" en la que aparece la canciller entre oficiales nazis junto a la Acrópolis, y abogó por "dejar atrás las sombras del pasado" y acabar con ese tipo de "provocaciones" y "ataques".
No obstante, dejó claro que Atenas mantiene su reivindicación de que Alemania compense al país por la ocupación nazi, una cuestión que no es material, precisó, sino "ética y moral", aunque Merkel tampoco varió su posición al asegurar que, para Berlín, se trata de un asunto "cerrado, política y jurídicamente".
La canciller aseguró que Berlín es consciente de la injusticia y del sufrimiento que causó el régimen nazi y se comprometió a continuar dialogando para "mantener viva esa consciencia".
Tras hora y media de reunión y después de la rueda de prensa, Merkel y Tsipras cenaron juntos en la Cancillería, mientras fuera se apagaban los ecos de la concentración en la que decenas de personas protestaron contra la política de austeridad aplicada en Grecia.
Mañana el primer ministro griego continuará con su agenda en Berlín, donde tiene previsto reunirse con los líderes de la oposición parlamentaria: La Izquierda y Los Verdes.