washington. El presidente de EEUU, Barack Obama, dio ayer su visto bueno al plan de Marruecos para la autonomía del Sahara Occidental y mostró su apoyo a las reformas políticas y económicas en el país durante una reunión con el rey marroquí, Mohamed VI. La Casa Blanca dio por superadas las tensiones surgidas a mediados de este año con Marruecos respecto al Sáhara Occidental al declarar, antes y después del encuentro entre Obama y Mohamed VI, que el plan marroquí para la región es "serio, realista y creíble".
"El presidente se comprometió a apoyar los esfuerzos de Marruecos para encontrar una solución pacífica, sostenible y acordada por ambas partes para la cuestión del Sáhara Occidental", indicó la Casa Blanca en un comunicado tras la reunión. Estados Unidos "ha dejado claro que el plan de autonomía de Marruecos" para esa región "podría satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental para administrar sus propios asuntos en paz y dignidad".
RESPALDO Ese fue el mensaje expresado tanto en el comunicado posterior a la reunión como durante la conferencia de prensa que ofreció horas antes el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. Obama mostró su respaldo a las negociaciones de la ONU e instó al rey marroquí a "avanzar hacia una resolución" de la disputa. Ambos acordaron "trabajar juntos para seguir protegiendo y promoviendo los derechos humanos en el territorio", apuntó el comunicado. Además, los dos líderes escenificaron un acercamiento en este punto tras la tensión vivida el pasado abril, cuando Marruecos frenó una propuesta de EEUU para que la Misión de la ONU para el Referéndum en el Sáhara Occidental tuviera mandato para supervisar la situación de los derechos humanos en esa región.
En el momento de máxima tensión con Washington, Rabat canceló unilateralmente unas maniobras militares bilaterales en el sur de Marruecos cuando ya parte de las tropas estadounidenses habían desembarcado, un desplante que hasta el momento no ha tenido consecuencias mayores. En sucesivas rondas de negociaciones auspiciadas por la ONU desde 2007, Rabat propuso ofrecer la autonomía al territorio saharaui, pero siempre bajo soberanía marroquí, mientras que el Frente Polisario defiende la organización de un referéndum en el que exista una opción para la independencia.