Vitoria. Esperanza Aguirre, la voz crítica con más poder en el Partido Popular de Mariano Rajoy, abandona la primera línea de la política, dejando huérfanos de altavoz en el PP a la voz más ultraliberal en lo económico, conservadora en lo político y centralista respecto al hecho autonómico. La lideresa, como así se conoce popularmente, anunció ayer su dimisión como presidenta de la Comunidad de Madrid, cargo en el que lleva desde 2003, y como diputada regional, y dijo hacerlo por motivos personales, familiares y de salud, en referencia al cáncer que se le detectó en 2011 y del que dijo estar "presuntamente" curada. Sin embargo, la poca claridad con la que explicó sus motivos ha dado paso a una cascada de especulaciones sobre la verdadera razón de su marcha.
Aunque el PP en bloque y ella misma se afanaron en desmentir que el fondo de la decisión radique en sus evidentes desencuentros con el presidente del Gobierno español y presidente de su partido, las formaciones de la oposición no perdieron tiempo en incidir en las diferencias que mantiene con Rajoy. La última y sonada disputa tuvo lugar a principios de mes, cuando en plena reunión del Comité Ejecutivo del PP se alió con Jaime Mayor Oreja para criticar la decisión del Ministerio de Interior de conceder el tercer grado penitenciario al preso de ETA Iosu Uribetxebarria, gravemente enfermo. A preguntas de los periodistas, Aguirre negó ayer que sus discrepancias en este asunto hayan tenido que ver con su dimisión. "No, en absoluto", zanjó.
El inesperado anuncio de su dimisión tuvo lugar poco después de las dos de la tarde cuando convocó a los medios de comunicación a la sede de sede del Gobierno de Madrid. Allí, sin preámbulos ni medias tintas, anunció a los atónitos periodistas su inmediata dimisión como presidenta de la Comunidad de Madrid y como diputada regional del PP. A renglón seguido, anunció que su delfín y vicepresidente de Gobierno, Ignacio González, tomará las riendas de la comunidad de manera provisional hasta que el legislativo madrileño elija al nuevo jefe del ejecutivo, que será con toda seguridad el propio González.
Influida por la enfermedad Según dijo ella misma en la comparencia, en la que se mostró emocionada y estuvo en ocasiones al borde de las lágrimas, el cáncer que ha padecido y por el que tiene que someterse a una revisión médica la semana que viene también ha influido en su decisión. "No es eso sólo -precisó-. Los acontecimientos personales de mis últimos años de vida han influido. Es una decisión durísima, vivo la política con pasión, pero quiero vivir más cerca de los míos", añadió. "Tengo la certeza de que, para un político, es absolutamente esencial elegir el momento de su retirada y la forma de hacerla. Y este era el mejor momento. Me retiro de la primera fila de la política", dijo a los periodistas. Pero no de la política, matizó. "Esto no tiene vuelta atrás, es cruzar el Rubicón", señaló, al tiempo que anunció que volvería a trabajar al ministerio en donde tiene plaza de funcionaria. Otros argumentos que esgrimió para explicar su retirada es el hecho de que el proyecto del PP en Madrid se ha consolidado y que es hora de dar paso a las generaciones más jóvenes.
Su decisión pilló por sorpresa a todos, menos a Ignacio González y al propio Rajoy, con quien se reunió por la mañana para anunciarle su dimisión. En un frío comunicado, Rajoy le expresó "reconocimiento" por "su enorme trayectoria política" y "extraordinaria labor de gobierno" en Madrid, aunque sin agradecer nada expresamente. "Quedará para siempre entre los grandes activos del Partido Popular", zanjó.
La plana mayor del PP cerró filas para alabar a la política madrileña, a que se le calificó de "referente" que aún debe aportar mucho a la formación conservadora. El ministro de Justicia y exalcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, quien ha protagonizado notorias enganchadas con Aguirre en los últimos años, manifestó su "enorme respeto" por la decisión de la expresidenta, con la que ha tenido "muchísima intensidad" durante su trayectoria política "muchas veces por coincidencias, otras por discrepancias".
"Por el contrario, fuera de las filas populares, muchos interpretaron su decisión en clave de enfrentamiento con Rajoy, a quien amagó con disputarle el liderazgo del PP en 2008, cuando el hoy presidente del gobierno perdió por segunda vez consecutiva unos comicios frente a José Luis Rodríguez Zapatero. La posterior victoria de Rajoy en las elecciones generales de noviembre de 2011 la dejó, al menos de momento, sin posibilidades de presentar batalla por el liderazgo del partido, su indisimulado objetivo. Pese a ello no ha evitado airear sus discrepancias con el líder del PP.
Durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero, Aguirre fue además la cara más visible del PP contra la subida del IVA y ahora ha tenido que verse en la obligación de justificar el incremento de este impuesto por parte de su partido.
A estas disensiones se refirió en su blog el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, quien indicó que ve "mucho tacticismo" en su repliegue, apuntando que vienen malos tiempos para la gestión pública PP ante un previsible rescate. "Nada mejor que esperar en los cuarteles de invierno a que empiecen a rodar cabezas en las filas de su partido y reaparecer como la gran esperanza de la derecha patria para recomponer el desaguisado", dijo.
Al igual que dejó entrever Josep Antoni Duran y Lleida, portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, el coordinador general de IU en Madrid, Gregorio Gordo, apuntó a la "presión social" y las "desavenencias" con el presidente del Gobierno y exigió elecciones anticipadas.
"Asuntos turbios" de González Menos contundente fue Tomás Gómez, secretario general del PSOE en la comunidad de Madrid. Pese a los continuos enfrentamientos políticos con Aguirre, el líder socialista optó por el viejo refrán de a enemigo que huye puente de plata: "Uno es del tamaño de sus adversarios, y en el PP nadie tiene el tamaño que tiene Aguirre", valoró Gómez. Sin embargo, eludió pronunciarse sobre la necesidad de adelantar las elecciones y dudó de la valía del delfín de Aguirre para sucederle, ya que, concluyó, Ignacio González "está inmerso en demasiados asuntos turbios, en demasiados problemas".
Por su lado, el portavoz adjunto del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, expresó su "máximo respeto" a la decisión de Aguirre, pero matizó que la expresidenta no se ha caracterizado por facilitar los consensos, sino más bien ha contribuido a "crispar" y "tensar más" a la sociedad por sus declaraciones, "a veces de extrema derecha". También desde la Comunidad Autónoma Vasca, el líder de los populares, Antonio Basagoiti, remarcó que entiende y comprende su marcha "porque estar en política quema mucho, y porque esta actividad y vocación pública no es para toda la vida".