Fumar cigarrillos tradicionales o no combustibles mientras se lleva una mascarilla quirúrgica da lugar a un aumento doble del monóxido de carbono exhalado y a un deterioro de la función de los vasos sanguíneos en comparación con los periodos sin mascarilla. Esta es la conclusión de una investigación que se publica en el 'European Journal of Preventive Cardiology', una revista de la Sociedad Europea de Cardiología.
"El estudio sugiere que fumar cualquier producto del tabaco se ha vuelto aún más peligroso durante la pandemia de COVID-19 debido a la necesidad de llevar una máscara durante largas horas --destaca el autor de la investigación, el profesor Ignatios Ikonomidis, de la Universidad Nacional y Kapodistriana de Atenas (Grecia)--. Investigaciones anteriores han demostrado que el deterioro de la función vascular está relacionado con problemas cardíacos y muerte prematura".
El trabajo se centró en los cigarrillos tradicionales (combustibles) y en los no combustibles, también llamados productos de tabaco "sin calor" o "calentados". Los cigarrillos no combustibles contienen tabaco que se calienta electrónicamente a una temperatura más baja que la de un cigarrillo de combustión, lo que produce un aerosol inhalable que contiene nicotina. El estudio no incluyó los cigarrillos electrónicos (también llamados vaping), que calientan electrónicamente un líquido que contiene nicotina para crear un aerosol que se inhala.
Los investigadores estudiaron los niveles de monóxido de carbono exhalado en los fumadores mientras llevaban una mascarilla durante las horas de trabajo y los compararon con los niveles de monóxido de carbono durante los días libres sin mascarilla. En un segundo paso, los investigadores examinaron si el cambio en la exposición al monóxido de carbono iba acompañado de un deterioro de la función de los vasos sanguíneos.
En el estudio participaron 40 fumadores de cigarrillos convencionales, 40 usuarios exclusivos de cigarrillos sin combustión y 40 no fumadores de edad y sexo similares que eran personal médico en un hospital universitario. Se excluyeron los individuos con enfermedades cardiovasculares conocidas, hipertensión, diabetes, dislipidemia, enfermedad renal crónica o fibrilación auricular, ya que estas condiciones pueden afectar a la función vascular.
Los investigadores midieron el monóxido de carbono exhalado tras una respiración profunda y los marcadores de la función vascular (velocidad de la onda del pulso, índice de aumento y presión arterial sistólica central). Las evaluaciones de referencia se realizaron a primera hora de la mañana, después de dormir sin mascarilla, para obtener los valores tras un largo periodo sin fumar. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a una segunda evaluación después de un turno de ocho horas con mascarilla o de ocho horas sin mascarilla. A continuación, pasaron a una tercera evaluación después de ocho horas de descanso sin máscara o de ocho horas de trabajo con máscara.
La edad media de los participantes era de 45 años y el 72% eran mujeres. Se fumó un número similar de cigarrillos combustibles o no combustibles durante los periodos con y sin mascarilla. En los fumadores de cigarrillos convencionales, el monóxido de carbono exhalado aumentó de 8,00 partes por millón (ppm) al inicio del estudio a 12,15 ppm sin máscara y a 17,45 ppm con máscara. En los fumadores de cigarrillos sin combustión, el monóxido de carbono exhalado aumentó de 1,15 ppm al inicio a 1,43 ppm sin máscara y a 2,20 ppm con máscara. Entre los no fumadores, el monóxido de carbono exhalado no difirió entre los períodos de referencia, sin máscara y con máscara.
Tanto en los fumadores de cigarrillos como en los no fumadores, todos los marcadores vasculares fueron más altos mientras llevaban una máscara en comparación con los que no la llevaban. En los no fumadores, no hubo diferencias en los marcadores vasculares entre los tres periodos.
"En comparación con los fumadores de cigarrillos de combustible, los consumidores de cigarrillos sin combustión presentaron niveles de monóxido de carbono más bajos en la línea de base y aumentos menores del daño vascular mientras llevaban una máscara --señala Ikonomidis--. No obstante, los resultados demuestran que fumar cualquier producto del tabaco mientras se lleva una mascarilla puede perjudicar aún más la función de los vasos sanguíneos en comparación con los periodos sin mascarilla, al menos en parte debido a la mayor reinhalación de monóxido de carbono y/o vapores ricos en nicotina. Los resultados proporcionan un impulso aún mayor para que todos los fumadores abandonen el hábito", resalta.