El chef español José Andrés reclamó este jueves en un discurso en la Catedral Nacional de Washington una investigación independiente sobre el ataque israelí que acabó el 1 de abril con la vida de siete cooperantes de su ONG, World Central Kitchen (WCK).

El chef, vestido de negro, reiteró su petición durante un emocionante discurso en la Catedral Nacional de Washington, donde cientos de personas se congregaron para una ceremonia interreligiosa destinada a rendir homenaje a los siete cooperantes muertos en el ataque israelí.

"Sé que todos tenemos muchas preguntas sin respuesta sobre lo que pasó y por qué. No hay excusa para estos asesinatos. La explicación oficial no es suficiente. Y obviamente seguimos exigiendo una investigación sobre las acciones de las Fuerzas Armadas israelíes contra nuestro equipo", afirmó.

El chef ya pidió después del ataque una investigación independiente sobre el ataque al convoy de WCK y ha instado a Estados Unidos, Australia, Canadá, Polonia y el Reino Unido, países de origen de los cooperantes fallecidos, a unirse a este llamamiento, aunque Washington ya se ha negado a hacerlo.

"La comida nunca puede ser una arma de guerra"

"La comida nunca puede ser un arma de guerra, los trabajadores humanitarios nunca pueden ser un objetivo porque son lo mejor de nosotros", aseveró José Andrés, quien dijo que "cada vida civil es sagrada y nunca debe ser tratada como daño colateral".

Citando al escritor Elie Wiesel, José Andrés hizo un llamamiento a acabar con la indiferencia.

"Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es la herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, es la indiferencia. Es hora de acabar con la indiferencia", pidió.

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Mueren varios trabajadores de la ONG de José Andrés en un ataque israelí EFE

El chef empezó su discurso hablando uno a uno de los siete cooperantes fallecidos: el palestino Saifeddin "Safi" Issam Ayad Abutaha; el británico John Chapman; el estadounidense y canadiense Jacob Flickinger; la australiana Lalzawmi "Zomi" Frankcom; los británicos James Henderson y James Kirby; y el polaco Damian Sobol.

En varias ocasiones, pero especialmente cuando habló de Lalzawmi "Zomi" Frankcom de Australia, se le rompió la voz al hablar y tuvo que contener las lágrimas.

La describió como "el corazón vivo, palpitante y sonriente" de todo lo que la ONG hacía sobre el terreno para distribuir comida en zonas en conflicto, donde nadie más puede llegar. "Era como una hermana para mí", dijo conmovido.

José Andrés afirmó que esas pérdidas pueden "parecer pequeñas" comparadas con los casi 200 trabajadores humanitarios que han muerto en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra o los más de 34.000 palestinos que han perdido la vida por la ofensiva israelí y los 1.200 israelíes que murieron en el ataque de Hamás, el 7 de octubre.

Sin embargo, afirmó que cada uno de los siete cooperantes de su equipo fallecidos tenía una familia, amigos, una vida y una historia llena de luz.

"Cuando ocurre un desastre, es fácil ver la oscuridad y nunca la luz. Pero la realidad es esta, la luz siempre brillará. No podemos ignorar el sufrimiento después de un desastre natural o en una zona de guerra. Hoy lloramos y sufrimos junto a las familias de nuestros siete queridos héroes y toda la familia de World Central Kitchen".

Justo después de las palabras de José Andrés tocó el afamado violonchelista Yo-Yo Ma.

Entre el público estaba Douglas Emhoff, el marido de la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, según informó la Casa Blanca.

La ceremonia, denominada "Celebración de la vida", buscaba mezclar oraciones, himnos y lecturas sagradas de la tradición musulmana, judía y cristiana.